Página 233 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

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Se reprende la negligencia
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Después de haber hecho todo lo que podían hacer, deben confiar en
el Señor para que él dirija las cosas de modo que Satanás no saque
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ventaja del pueblo remanente de Dios. Ha llegado el tiempo cuando
Satanás se pondrá a la obra. Nos espera un futuro tormentoso, por lo
que la iglesia debiera despertar a fin de anticiparse en su actuación
para permanecer firmes contra los planes del enemigo. Es tiempo de
hacer algo. A Dios no le agrada que su pueblo deje inconclusos los
asuntos de la iglesia, y que permita que el enemigo obtenga plena
ventaja y control de los asuntos según le plazca.
Se me mostró la posición errada que había sido adoptada por el
hermano B en la
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concerniente a asuntos de organización, y
la influencia perjudicial ejercida. No pesó suficientemente el asunto.
Sus artículos estaban perfectamente calculados para ejercer una
influencia dispersadora, para conducir las mentes a conclusiones
erróneas y para animar a muchos en sus ideas negligentes acerca de
cómo deben manejarse las cosas en la causa de Dios. Los que no
sienten sobre sí el peso de esta causa, tampoco sienten la necesidad
de que se haga algo para establecer orden en la iglesia.
Quienes han llevado la carga durante mucho tiempo miran al
futuro y pesan los asuntos. Están convencidos de que es necesario
tomar medidas para colocar los asuntos de la iglesia en una po-
sición más segura, para evitar que Satanás entre y saque ventaja.
Los artículos del hermano B han inducido a los que sienten temor
por el orden, a considerar con sospecha la sugerencia de personas
que por la providencia especial de Dios participan en las cuestiones
importantes de la iglesia. Y cuando él vio que su posición no podía
permanecer, dejó de reconocer francamente su error y trabajar para
borrar la impresión equivocada que había causado.
Vi que el hermano B era damasiado cómodo y negligente. Le
ha faltado energía, porque ha considerado una virtud dejar que el
Señor haga lo que el Señor quería que él hiciera. El Señor interviene
en nuestro favor únicamente en casos de gran emergencia. Nosotros
tenemos un trabajo que debemos hacer, tenemos cargas y respon-
sabilidades que llevar, y al cumplir con esos deberes aumentamos
nuestra experiencia. El hermano B manifiesta el mismo carácter en
las cuestiones espirituales que en sus asuntos temporales. Tiene falta
de celo y entusiasmo para llevar a cabo un trabajo. Todos debie-
ran actuar con más discreción y sabiduría concerniente a las cosas