Página 322 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 1
excelencia. Los ángeles caídos temían que su influencia debilitara
su control sobre los dirigentes del reino, porque Daniel ocupaba
una elevada posición de mando. La hueste acusadora de ángeles
malignos estimuló a los presidentes y príncipes para que sintieran
envidia y celos, de modo que observaron estrechamente a Daniel
para encontrar alguna ocasión contra él que pudieran denunciar al
rey; pero fracasaron. Entonces estos agentes de Satanás procuraron
convertir su fidelidad a Dios en la causa de su destrucción. Los ánge-
les malignos trazaron un plan para ellos y esos agentes lo pusieron
en práctica sin tardanza.
El rey ignoraba la sutil perversidad que se había puesto por obra
contra Daniel. El profeta, conociendo plenamente el decreto del
rey, siguió postrándose delante de Dios “abiertas las ventanas de su
cámara”. Consideraba la súplica a Dios de tan grande importancia
que prefería sacrificar su vida antes que abandonarla. Debido a
su insistencia en orar a Dios fue arrojado al foso de los leones.
Los ángeles malignos habían cumplido su propósito. Pero Daniel
continuó orando aun en el foso de los leones. ¿Sería destruido? ¿Lo
olvidaría Dios allí? Oh, no; Jesús, el poderoso Comandante de las
huestes celestiales, envió a su ángel para cerrar las bocas de los
hambrientos leones a fin de que no dañaran al suplicante hombre
de Dios; y como resultado, todo se mantuvo en paz en ese terrible
foso. El rey fue testigo de la forma como había sido preservada su
vida y lo sacó de allí con honores. Satanás y sus ángeles fueron
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derrotados y se llenaron de ira. Los agentes que había empleado
fueron condenados a perecer en la misma terrible manera que habían
tramado para destruir a Daniel.
La oración de fe es la gran fortaleza del cristiano y ciertamente
prevalecerá contra Satanás. Por eso él insinúa que no necesitamos
orar. El detesta el nombre de Jesús, nuestro Abogado; y cuando
acudimos sinceramente a él en busca de ayuda, la hueste satánica se
alarma. Cuando descuidamos la oración actuamos de acuerdo con su
propósito, porque entonces sus maravillas mentirosas se reciben con
más facilidad. Lo que no logró cumplir con la tentación de Cristo, lo
realiza estableciendo sus tentaciones engañosas delante de los seres
humanos. Algunas veces se presenta bajo la forma de una persona
joven muy atractiva, o de una hermosa sombra. Realiza curaciones
y es adorado por los mortales engañados como el benefactor de