Página 336 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 1
Sin fe es imposible agradar a Dios. Podemos tener la salvación
de Dios en nuestras familias, pero debemos creer para obtenerla,
vivir por ella y ejercer de continuo fe y confianza permanentes en
Dios. Debemos subyugar el genio violento, y dominar nuestras pala-
bras; así obtendremos grandes victorias. A menos que dominemos
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nuestras palabras y genio, somos esclavos de Satanás, y estamos
sujetos a él como cautivos suyos. Cada palabra discordante, des-
agradable, impaciente o malhumorada, es una ofrenda presentada
a su majestad satánica. Y es una ofrenda costosa, más costosa que
cualquier sacrificio que podamos hacer para Dios; porque destruye
la paz y felicidad de familias enteras, destruye la salud, y puede
hacernos perder finalmente una vida eterna de felicidad.
La Palabra de Dios nos impone restricción para nuestro propio
interés. Aumenta la felicidad de nuestras familias y de cuantos
nos rodean. Refina nuestro gusto, santifica nuestro criterio y nos
reporta paz mental, y al fin, la vida eterna. Bajo esta restricción
santa, creceremos en gracia y humildad, y nos resultará fácil hablar
lo recto. El carácter natural e irascible será mantenido en sujeción.
El Salvador, al morar en nosotros, nos fortalecerá en todo momento.
Los ángeles ministradores permanecerán en nuestras moradas, y
con gozo llevarán al cielo las nuevas de nuestro progreso en la vida
divina, y el ángel registrador tendrá para anotar un informe gozoso
y feliz.
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