Página 338 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 1
con una mente constituida como la suya, ni le encomendaría grandes
responsabilidades; y tampoco lo llamaría a ocupar posiciones de
mayor responsabilidad, porque el amor propio sería tan grande que
resultaría ruinoso para sí mismo y el pueblo de Dios. Si usted hubiera
sentido menos estima por sí mismo, habría tenido menos celos y
sospechas.
Hermano G, si usted se hubiera unido plenamente con el cuerpo
y se hubiera mantenido en unión y simpatía con las personas a quie-
nes Dios ha considerado apropiado colocar a la cabeza de la obra,
si hubiera aceptado los dones que Dios ha colocado en la iglesia,
si se hubiera dedicado plenamente a su servicio, si se hubiera afir-
mado definidamente en todos los puntos de la verdad presente y si
hubiera trabajado al unísono con las personas que tienen experiencia
en la causa, usted y los suyos se habrían mantenido perfectamente
libres y a salvo de este engaño. Usted hubiera contado con un ancla
que lo habría mantenido firme. Pero usted ha adoptado una posi-
ción indefinida, temiendo que proporcionaría agrado y satisfacción a
aquellos cuya alma se encontraba dedicada a la obra y a la causa de
Dios. Dios requiere que usted se mantenga firme y decididamente
sobre la plataforma con sus hermanos. Dios y los santos ángeles
experimentaron desagrado debido a su comportamiento, y no sopor-
tarán su necedad durante más tiempo. Usted fue dejado solo para
que siguiera su propio juicio que había tenido en tan alta estima,
hasta que desee ser enseñado, y sin celos ni obstinación, sin quejarse
ni censurar a otros, aprenda de los que han sentido el peso de la
responsabilidad en la causa de Dios. Usted ha estado tratando de
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alcanzar una posición original para sí mismo, y ha procurado mostrar
el camino independientemente del cuerpo, para que lo aprueben y
alaben, hasta que vi que Dios lo había dejado abandonado para que
usted manifestara esa sabiduría que había considerado superior a la
de los demás, y fue dejado para que actuara en su propia ceguera en
el fanatismo más irrazonable, necio y descontrolado que alguna vez
haya azotado a Wisconsin.
Y sin embargo se me mostró que usted no había comprendido
la influencia de su conducta pasada sobre la causa, y su posición y
deber actuales con respecto a ese fanatismo. En vez de trabajar con
toda su energía para libertarse y contrarrestar la influencia que había
ejercido, usted ha salido de todo esto excusándose y censurando a