Página 345 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

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Los celos y la crítica
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Usted se ha mantenido alejado de las personas sobre quienes
Dios ha colocado la pesada carga de su obra. Mientras mi esposo
ya tiene trabajo y cargas que debiera haber compartido con tres
hombres, usted lo ha perjudicado con sus observaciones e indirectas,
y ha ayudado a otros a que acrecentaran sus preocupaciones. Debe
comprender esto. Usted no ha tenido responsabilidades especiales,
pero ha tenido tiempo para reflexionar y estudiar, para descender y
dormir, mientras mi esposo se ha visto obligado a trabajar día tras
día, y a veces hasta tarde en la noche; en algunas ocasiones, cuando
ha querido descansar no ha podido dormir, y tan sólo ha llorado y
se ha afligido por causa de la verdad y por la injusticia con que sus
hermanos lo han tratado, porque todos sus intereses y su vida los ha
dedicado a la causa.
El ha tenido a su cargo el cuidado y la responsabilidad de los ne-
gocios en la oficina, la atención de la revista y mucha preocupación
por las iglesias en diferentes Estados. Y sin embargo algunos de
sus hermanos en el ministerio han contribuido a confundirlo y preo-
cuparlo con su comportamiento insensato. Usted y otras personas
han considerado al hermano White como un hombre de negocios
que no disfruta mucho con la religión. Los tales no lo conocen.
Satanás engaña a muchos con respecto a él. Dios ha considerado
conveniente colocar sobre él la carga de su obra, elegirlo para que
ocupe una posición directiva en diferentes empresas, y ha escogido
a uno que tiene gran sensibilidad y que puede simpatizar con los
desafortunados; que es concienzudo y sin embargo independiente;
que no disimulará el pecado sino que detectará rápidamente el mal
y lo reprochará sin darle lugar, aunque tenga que soportar solo las
consecuencias. Por eso es que sufre tanto. Sus hermanos general-
mente no conocen nada de sus preocupaciones, y a algunos éstas
ni siquiera les interesan, y debido a su comportamiento insensato y
torcido, acrecientan sus preocupaciones y su incertidumbre. El cielo
toma nota de estas cosas. Hombres que no tienen responsabilidades
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ni preocupaciones, que pueden pasar horas de ocio sin tener nada
en particular que hacer, que pueden reflexionar y estudiar y mejorar
sus mentes, pueden manifestar gran moderación. No hay nada que
los urja a manifestar un celo especial y están listos a pasar horas en
conversación privada. Algunos los consideran los hombres mejores
y más elevados del mundo. Pero Dios no ve como el hombre ve.