Página 392 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

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Peligros y deber de los ministros
Se me ha mostrado que se puede conseguir más ahora trabajando
en lugares donde hay algunos pocos adventistas, que en campos
completamente nuevos, a menos que el comienzo en esos campos
haya sido muy bueno. Unos pocos adventistas en diferentes pueblos
que realmente creen en la verdad ejercerán una influencia positiva
e inducirán a la gente a preguntar por su fe; y si sus vidas son
ejemplares, brillará su luz y ejercerán una influencia que atraerá a
la gente. También se me mostraron lugares en los que la verdad
no había sido proclamada, que pronto debieran ser visitados. Pero
la gran obra que ahora debe realizarse es lograr que el pueblo de
Dios se dedique a la obra y ejerza una santa influencia. Debieran
desempeñar la parte de los obreros. Debieran trabajar con sabiduría,
cautela y amor por la salvación de los vecinos y amigos. No se
manifiestan interés ni dedicación suficientes. No se echa mano de la
cruz ni se la lleva en la forma debida. Todos debieran sentir que son
guardas de su hermano y que son en gran medida responsables de
las almas de quienes los rodean. Los hermanos yerran cuando dejan
toda esta obra a cargo de los ministros. La cosecha es grande y los
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obreros son pocos. Los que tienen buena reputación, cuyas vidas
están en armonía con su fe, pueden trabajar como obreros. Pueden
conversar con otros y hablarles de la urgencia y la importancia de
la verdad. No deben esperar la llegada de ministros y descuidar el
claro deber que Dios les ha dado como responsabilidad.
Algunos de nuestros ministros están muy poco dispuestos a asu-
mir la carga de la obra de Dios y a trabajar con la dadivosidad y
el desinterés que caracterizaron la vida de nuestro divino Señor.
Las iglesias, como regla general, están más avanzadas que algunos
ministros. Han tenido fe en los testimonios que a Dios le ha compla-
cido dar, y los han obedecido, mientras algunos de los predicadores
han quedado atrás en esto. Profesan creer en el testimonio que se
ha dado, y algunos han causado perjuicio al convertirlos en duras
reglas para los que no han tenido experiencia en relación con ellos,
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