Peligros y deber de los ministros
            
            
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              y se convierten en infieles. Todo eso es el resultado de unas pocas
            
            
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              palabras pronunciadas descuidadamente, las que tenían un poder
            
            
              oculto porque parecían formar parte de un misterio.
            
            
              Esta es la obra de un espíritu maligno y astuto. Los que son
            
            
              asediados por las dudas y que tienen dificultades que no pueden
            
            
              resolver, no debieran arrojar la misma confusión sobre otras men-
            
            
              tes débiles. Algunos han insinuado o expresado abiertamente su
            
            
              incredulidad y la han divulgado, sin imaginar los efectos resultan-
            
            
              tes. En algunos casos las semillas de incredulidad han producido
            
            
              efecto inmediato, mientras que en otros han permanecido enterradas
            
            
              durante largo tiempo, hasta que la persona se ha desviado y dado
            
            
              lugar al enemigo, por lo que la luz de Dios ha sido quitada de él y ha
            
            
              caído bajo las poderosas tentaciones satánicas. Entonces las semillas
            
            
              de infidelidad que habían sido sembradas tanto tiempo antes han
            
            
              brotado. Satanás las nutre para que den fruto. Cualquier cosa que
            
            
              proceda de ministros que debieran andar en la luz ejerce una pode-
            
            
              rosa influencia. Y cuando no han permanecido en la diáfana luz de
            
            
              Dios, Satanás los ha usado como instrumentos y por su intermedio
            
            
              ha disparado sus dardos encendidos a las mentes que no estaban
            
            
              preparadas para resistir lo que procedía de sus pastores.
            
            
              Vi que los ministros, como el pueblo, tienen ante ellos una lucha
            
            
              en la que deben resistir a Satanás. El ministro profesional de Cristo
            
            
              se encuentra en una posición temible cuando sirve a los propósitos
            
            
              del tentador al escuchar sus insinuaciones y dejar que cautive la
            
            
              mente y guíe los pensamientos. El pecado más lastimoso a la vista
            
            
              de Dios es dar expresión a la incredulidad y arrastrar otras mentes
            
            
              hacia el mismo tenebroso canal, permitiendo así que Satanás realice
            
            
              un doble propósito al tentarlos. Desestabiliza la mente de aquel cuyo
            
            
              comportamiento ha estimulado sus tentaciones, y luego lo insta a
            
            
              desestabilizar las mentes de muchas personas.
            
            
              Ya es tiempo de que los vigías de los muros de Sión compren-
            
            
              dan la responsabilidad y el carácter sagrado de su misión. Debieran
            
            
              sentir que existe una maldición sobre ellos si no realizan la obra
            
            
              que Dios les ha encomendado. Si son infieles ponen en peligro la
            
            
              seguridad del rebaño de Dios, hacen peligrar la causa de la verdad y
            
            
              la exponen al ridículo de los enemigos. ¡Oh, qué obra es ésta! Cierta-
            
            
              mente recibirá la recompensa que merece. Algunos ministros, como
            
            
              también miembros, necesitan convertirse. Necesitan ser deshechos