Página 430 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

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Andad en la luz
Me fue revelado que los hijos de Dios moran demasiado bajo una
nube. No es voluntad de su Padre que ellos vivan en incredulidad.
Jesús es luz, y en él no hay tinieblas. Sus hijos son hijos de luz. Son
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renovados a su imagen y llamados a salir de las tinieblas a su luz
admirable. El es la luz del mundo, y lo mismo son los que le siguen.
No deben andar en tinieblas, sino obtener la luz de la vida. Cuanto
más lucha el pueblo de Dios para imitar a Cristo, con tanto mayor
perseverancia será perseguido por el enemigo; pero al estar cerca de
Cristo se fortalece para resistir los esfuerzos que hace nuestro astuto
enemigo para apartarlo de Jesús.
Me fue mostrado que establecemos un número excesivo de com-
paraciones entre nosotros mismos, tomando a hombres falibles por
nuestro modelo, cuando tenemos un Dechado seguro e infalible.
No debemos medirnos por el mundo, ni por las opiniones de los
hombres, ni por lo que éramos antes de aceptar la verdad. Nues-
tra fe y nuestra posición en el mundo, tal como son ahora, deben
compararse con lo que habrían sido si nuestra senda nos hubiese
llevado siempre hacia adelante y hacia arriba desde que profesamos
seguir a Cristo. Esta es la única comparación que se puede hacer sin
peligro. En cualquier otra que se haga, habrá engaño. Si el carácter
moral y el estado espiritual de los hijos de Dios no corresponden
a las bendiciones, los privilegios y la luz que él les ha concedido,
aquéllos son pesados en la balanza, y los ángeles los declaran faltos.
Algunos parecen ignorar su verdadero estado. Ven la verdad,
pero no perciben su importancia ni sus requerimientos. Oyen la
verdad, pero no la comprenden plenamente, porque no amoldan su
vida a ella, y por lo tanto no son santificados por la obediencia. Y
sin embargo, permanecen tan despreocupados y satisfechos como
si los precediese la nube de día y la columna de fuego de noche,
como señales del favor de Dios. Profesan conocer a Dios, pero en sus
obras lo niegan. Se declaran su pueblo escogido y peculiar, pero su
presencia y poder de salvar hasta lo sumo se manifiestan rara vez en
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