Página 448 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 1
cuando aparecieron los vestidos con armazón de alambre. ¿Debiera
desechar ahora mi estilo de vestir porque surgió la moda de la ropa
con armazón de alambre? No, porque eso sería llevar las cosas a un
extremo.
“Debo recordar siempre que debo ser un ejemplo para otros, de
modo que no debo cambiar constantemente de moda de vestir, sino
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tener siempre un proceder parejo e independiente sin incurrir en ex-
tremos en la manera de vestir. Descartar mi vestido acordonado, que
siempre fue modesto y cómodo, y usar en su lugar una delgada falda
de algodón y así parecer ridícula, sería incorrecto, porque entonces
no daría un ejemplo apropiado, sino que pondría un argumento en
boca de las que se visten con trajes con armazón de alambre. Para
justificarse por usar vestidos con armazón, me señalarían como al-
guien que no los usa, y dirían que no se humillarían en esa forma.
Al incurrir en esos extremos destruiríamos toda la influencia que de
otro modo podríamos ejercer e induciríamos a las que usan ropa con
armazón a justificar su proceder. Debemos vestirnos modestamente,
sin siquiera preocuparnos de la moda de los vestidos con armazón
de alambre.
“Existe una posición intermedia en todo esto. Ojalá que todas
encontráramos esa posición y nos mantuviéramos en ella. En este
tiempo solemne escudriñemos nuestros corazones, arrepintámonos
de nuestros pecados y humillémonos ante Dios. La obra que debe-
mos realizar es entre Dios y nuestras almas. Se trata de una obra
individual, y todas tendrán bastante que hacer sin criticar el vestido,
las acciones y los motivos de sus hermanos y hermanas. ‘Buscad
a Jehová todos los humildes de la tierra, los que pusisteis por obra
su juicio; buscad justicia, buscad mansedumbre; quizás seréis guar-
dados en el día del enojo de Jehová’.
Sofonías 2:3
. Esta es nuestra
obra. Aquí no se está hablando a pecadores, sino a los humildes de
la tierra, a los que han llevado a cabo sus juicios u obedecido sus
mandamientos. Hay una obra para cada uno, y si todos obedecen,
veremos una placentera unión en las filas de los observadores del
sábado”.
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