Página 519 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

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Mensaje para los jóvenes
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es deshonrado por la frivolidad y la moda, por las conversaciones
y risas insubstanciales e insensatas que caracterizan la vida de la
juventud en general. El apóstol Pablo exhorta a los jóvenes a ser
prudentes: “Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean prudentes;
presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la ense-
ñanza mostrando integridad, seriedad, palabra sana e irreprochable,
de modo que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que
decir de vosotros”.
Tito 2:6-8
.
[438]
Ruego a los jóvenes que por amor a sus almas presten atención
a la exhortación del apóstol inspirado. Todas estas misericordiosas
instrucciones, advertencias y reproches tendrán sabor de vida para
vida, o de muerte para muerte. Muchos jóvenes son descuidados
en sus conversaciones. Prefieren olvidar que por sus palabras serán
justificados o condenados. Todos debieran prestar atención a las
palabras de nuestro Salvador: “El hombre bueno, del buen tesoro del
corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca
malas cosas. Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen
los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus
palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado”.
Ma-
teo 12:35-37
. ¡Cuán poco respeto se muestra aun a las instrucciones
del Maestro celestial! Muchos no estudian la Palabra de Dios o no
toman en cuenta sus verdades solemnes, y estas claras verdades se
alzarán en el juicio y los condenarán.
Las palabras y las acciones dan un claro testimonio de lo que hay
en el corazón. Si éste está lleno de vanidad y orgullo, de amor al yo
y amor a los vestidos y a la apariencia personal, las conversaciones
girarán alrededor de las modas, los vestidos y la apariencia personal,
pero no se referirán a Cristo ni al reino de los cielos. Si el corazón
está lleno de envidia, ésta se manifestará en las palabras y las accio-
nes. Los que se comparan con otras personas, que hacen lo mismo
que ellas, que no se esfuerzan por alcanzar niveles más elevados,
y que luego se excusan mencionando los errores y las faltas de los
demás, se están alimentando de basura, por lo que seguirán siendo
enanos espirituales mientras satisfagan a Satanás, al complacer sus
sentimientos personales no santificados. Algunos se explayan en el
tema de la comida, la bebida y el vestido. Esos pensamientos fluyen
de lo que abunda en el corazón, como si las cosas temporales fueran
el objetivo principal de la vida y su mayor realización. Esas personas