Página 521 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

Basic HTML Version

Mensaje para los jóvenes
517
Hay personas que tienen una imaginación enfermiza, que no
representan correctamente la religión de Cristo; los tales no tienen la
religión pura de la Biblia. Algunos se mortifican durante toda la vida
por sus pecados; lo único que pueden ver es a un Dios de justicia
que está ofendido. Pero no logran ver a Cristo y su poder redentor
ejercido por los méritos de su sangre. Esta clase de personas no
tienen fe, y piensan así porque no tienen mentes bien equilibradas.
Debido a enfermedades transmitidas por sus padres y a causa de una
educación equivocada recibida en su niñez, han contraído hábitos
erróneos que perjudican el organismo y el cerebro, y deterioran las
facultades morales hasta el punto de que les resulta imposible pensar
y actuar racionalmente en todas las cosas. Carecen de mentes bien
equilibradas.
[440]
La santidad y la justicia no destruyen la salud, sino que son salud
para el cuerpo y fortaleza para el alma. El apóstol Pedro dice: “El
que quiere amar la vida y ver días buenos... apártese del mal, y haga
el bien; busque la paz, y sígala, porque los ojos del Señor están
sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones; pero el rostro
del Señor está contra aquellos que hacen el mal”.
1 Pedro 3:10-
12
. “Mas también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia,
bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de
ellos, ni os conturbéis”.
1 Pedro 3:14
.
El conocimiento de que se está obrando correctamente es la me-
jor medicina para las mentes y los cuerpos enfermos. La bendición
especial de Dios que descansa sobre quienes la reciben, es salud
y fortaleza. El que tiene una mente serena y satisfecha en Dios se
encuentra en el camino de la salud. El conocimiento de que los ojos
del Señor nos contemplan y de que sus oídos escuchan nuestras ora-
ciones, constituye una inmensa satisfacción. Saber que tenemos un
Amigo que nunca falla, a quien podemos confiar todos los secretos
del alma, es un privilegio inenarrable. Aquellos cuyas facultades
morales se encuentran oscurecidas por la enfermedad, no son las
personas apropiadas para representar correctamente la vida cristiana
o la hermosura de la santidad. Con mucha frecuencia se encuentran
en el fuego del fanatismo, en el agua de la fría indiferencia o en la
necia melancolía. Las palabras de Cristo tienen más valor que las
opiniones de todos los médicos del universo: “Buscad primeramente
el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.