Página 530 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

Basic HTML Version

526
Testimonios para la Iglesia, Tomo 1
pero no lo hicieron debido a su infidelidad. Los que de veras han
gustado la dulzura del amor redentor no descansarán hasta que todas
las personas con quienes se asocian conozcan el plan de salvación.
Los jóvenes debieran preguntar: “¿Qué quieres que haga, Señor?
¿Cómo puedo honrar y glorificar tu nombre aquí en la tierra?” La
gente perece a nuestro alrededor, ¿pero qué preocupación sienten
los jóvenes por ganar almas para Cristo? Los que asisten al colegio
pueden poner su influencia del lado de Cristo; ¿pero quién pronuncia
el nombre de Cristo? ¿Y a quién se ve abogando con tierno fervor
con sus compañeros para que olviden las sendas del pecado y elijan
el camino de la santidad?
Se me mostró que ésta es la manera de proceder que deben
adoptar los jóvenes, pero no lo hacen; es más agradable para sus
sentimientos unirse con los pecadores en la práctica de deportes y
en la búsqueda de placeres. Los jóvenes tienen una amplia esfera
de utilidad, pero no se dan cuenta de ello. ¡Ojalá que en adelante
dediquen sus facultades mentales a la búsqueda de medios para
acercarse a los pecadores que perecen a fin de darles a conocer el
camino de la santidad, y mediante oración y ruegos ganar aunque
fuera a uno de ellos para Cristo! ¡Qué empresa más noble! ¡Un
alma para que alabe a Dios durante toda la eternidad! ¡Un alma
que disfrute de felicidad y vida eterna! Pero puede conseguirse que
más de una persona se aparte del error y acepte la verdad, que pase
del pecado a la santidad. Dios dice por medio del profeta: “Los
que enseñan la justicia a la multitud [brillarán] como las estrellas a
perpetua eternidad”.
Daniel 12:3
.
Los que participen con Cristo y los ángeles en la obra de salvar
a las almas que perecen serán ricamente recompensados en el reino
de los cielos.
Vi que muchas personas podrían salvarse si los jóvenes se en-
contraran en el lugar donde deben estar, dedicados a Dios y a la
verdad; pero generalmente ocupan una posición en la que es necesa-
rio dedicarles
a ellos
atención constante, porque si no se hace eso,
ellos mismos se volverían al mundo. Son una fuente de constante
preocupación y aflicción. Se derraman lágrimas y se elevan fervo-
rosas oraciones por ellos en los corazones de los afligidos padres.
Sin embargo siguen adelante sin preocuparse del dolor causado por
su comportamiento. Clavan espinas en el pecho de quienes estarían