Página 534 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 1
las leyes de la naturaleza. Deberían prestar atención a la advertencia
que se les ha dado para que no cometan transgresión y tengan que
sufrir la dura penalidad.
Vi que estos hermanos podrían beneficiar la causa de Dios asis-
tiendo, tan a menudo como sea práctico, a reuniones distantes de
su lugar de trabajo. La obra que se les ha encargado es importante,
y necesitan nervios y cerebros sanos; pero es imposible que sus
mentes sean vivificadas y vigorizadas como Dios quisiera, mientras
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están incesantemente confinados a la oficina. Se me mostró que
sería de beneficio para la causa a largo plazo, que estos hombres que
dirigen la obra en Battle Creek, se familiaricen con sus hermanos
en el extranjero, asociándose con ellos en reunión. Eso dará a los
hermanos en el extranjero confianza en aquellos que llevan las res-
ponsabilidades de la obra, los liberará del agotamiento del cerebro,
y los familiarizará mejor con el progreso de la obra y las necesida-
des de la causa. Avivará su esperanza, renovará su fe y aumentará
su ánimo. El tiempo que se emplea de esa manera no se perderá
sino que se aprovechará con máxima ventaja. Estos hermanos po-
seen cualidades que los hacen capaces de disfrutar al máximo la
vida social. Disfrutarían al hospedarse en los hogares de hermanos
en el extranjero; beneficiarían a otros y serían beneficiados por el
intercambio de pensamientos y puntos de vista.
De manera especial apelo a mi hermano C para que cambie su
curso de vida. No puede ejercer como pueden hacerlo otros en la
oficina. El trabajo encerrado, sedentario, lo prepara para un repentino
quebrantamiento de su salud. No puede actuar siempre como solía
hacer. Debe emplear más tiempo al aire libre, realizando tareas
livianas ocasionales, o haciendo ejercicio placentero de carácter
recreativo. Un confinamiento como el que ha impuesto sobre él
mismo quebrantaría la constitución física del animal más fuerte. Es
cruel, es pecaminoso, es un pecado contra sí mismo, contra el cual
levanto mi voz de advertencia. Hermano C, mucho de su tiempo debe
emplearlo al aire libre, andando a caballo, o en ejercicio placentero,
o morirá; su esposa quedará viuda y sus hijos a quienes ama tanto
quedarán huérfanos. El hermano C está calificado para edificar a
otros en la exposición de la palabra. Puede servir a la causa de Dios
y beneficiarse en forma personal al asistir a las grandes reuniones
de los observadores del sábado, presentando su testimonio para la