Página 558 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 1
tesoros sobre la tierra, están guardando para sí mismos riquezas in-
corruptibles en los cielos; y haciendo esto manifiestan una sabiduría
tan superior a la del profeso cristiano sabio, calculador, inclinado
a las ganancias, como lo divino y lo semejante a Dios es superior
a lo terrenal, carnal y satánico. Es la dignidad moral lo que Dios
valora. Un carácter cristiano no hinchado por la avaricia, tranquilo,
bondadoso y humilde, es más precioso en su presencia que el oro
más fino, aún que el oro de Ofir.
Los ricos serán probados más estrictamente que nunca antes.
Si soportan la prueba y vencen las faltas en sus caracteres y, como
fieles mayordomos de Cristo le entregan a Dios lo que le pertenece,
se les dirá: “Bien hecho, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel,
sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu Señor”.
Entonces fui dirigida a la parábola del mayordomo infiel: “Y yo
os digo: ganad amigos por medio de las riquezas injustas, para que
cuando éstas falten os reciban en las moradas eternas. El que es fiel
en lo muy poco, también en lo más es fiel y el que en lo muy poco es
injusto, también en lo más es injusto. Pues si en las riquezas injustas
no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero? Y si en lo ajeno
no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro?”
Si los hombres fallan en dar a Dios lo que se les ha prestado
para que lo usen para su gloria, robándole de esa manera, fracasarán
totalmente. El les ha prestado recursos que pueden hacer prosperar
al no desperdiciar ninguna oportunidad para hacer el bien, y así estar
constantemente atesorando en el cielo. Pero si, como el hombre que
poseía un talento, lo esconden, temiendo que las ganancias de su
talento vayan a parar a las manos de Dios, no solamente perderán las
ganancias que finalmente le serán otorgadas al mayordomo fiel, sino
también el capital que Dios les prestó para que lo hicieran prosperar.
Porque han robado a Dios, no tendrán tesoros en el cielo, y pierden
también sus tesoros terrenales. No tienen moradas en la tierra ni
Amigo en el cielo que los reciba en las moradas eternas de los justos.
Cristo declara: “Ninguno puede servir a dos señores; porque o
aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará
al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas”. “Y oían también
todas estas cosas los fariseos, que eran avaros, y se burlaban de
él”. Notad las palabras que Cristo les dijo: “Vosotros sois los que
os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres; mas Dios
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