Página 560 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 1
piedad por granjería; apártate de los tales. Empero grande granjería
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es la piedad con contentamiento. Porque nada hemos traído a este
mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento
y con qué cubrirnos, estemos contentos. Porque los que quieren
enriquecerse, caen en tentación y lazo, y en muchas codicias locas y
dañosas, que hunden a los hombres en perdición y muerte. Porque el
amor al dinero es la raíz de todos los males. Mas tú, oh hombre de
Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor,
la paciencia, la mansedumbre. Pelea la buena batalla de la fe, echa
mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo
hecho buena profesión delante de muchos testigos. Exhorta a los
ricos de este mundo, que no se enaltezcan, ni confíen en riquezas
inciertas, mas en el Dios vivo, que nos da abundantemente todas las
cosas para nuestro deleite; que hagan bien, que sean ricos en buenas
obras, listos a distribuir, dispuestos a comunicar; almacenando para
sí mismos un buen fundamento contra el porvenir, que puedan asirse
de la vida eterna”.
En su carta a Timoteo, Pablo quería impresionar su mente con la
necesidad de instruir de modo que desenmascarase el engaño que tan
fácilmente acecha a los ricos, de creer que por sus riquezas son supe-
riores a los pobres, que por su capacidad adquisitiva son superiores
en sabiduría y juicio: en resumen, que la ganancia es piedad. Aquí
hay un engaño espantoso. ¡Cuán pocos prestan atención al mandato
que Pablo encomendó a Timoteo para que lo comunicara a los ricos!
¡Cuántos se halagan a sí mismos creyendo que su capacidad para
obtener cosas es piedad! Pablo declaró: “Gran ganancia es la piedad
acompañada de contentamiento”. Aunque los ricos puedan dedicar
sus vidas enteras a la acumulación de riquezas, así como vinieron
al mundo, saldrán. Deben morir y dejar aquello que les costó tanto
trabajo conseguir. Arriesgaron todo, su interés eterno, para obtener
esta propiedad, y han perdido ambos mundos.
Pablo muestra los riesgos a que los hombres se aventurarán
para enriquecerse. Pero muchos están determinados a ser ricos;
esta es su preocupación, y en su celo no ven valores eternos. Son
cegados por Satanás y se convencen a sí mismos que es para un buen
propósito que desean esta ganancia; constriñen sus conciencias, se
engañan a ellos mismos, y constantemente codician las riquezas.
Los tales se han apartado de la fe y se han traspasado con muchos