Página 661 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

Basic HTML Version

El instituto de salud
657
tratamiento, el cuarto, la comida, el combustible, etc., en el Instituto
[556]
de Salud. No se dan cuenta de la magnitud de la gran obra de la
verdad presente y la reforma, y los muchos llamados a la liberalidad
de nuestro pueblo. Quizás no se den cuenta de que el número de
los pobres entre nosotros es muchas veces mayor que la cantidad
de nuestros hermanos ricos. Y también puede ser que no sientan
el impacto del hecho terrible de que la mayoría de estos ricos se
aferran a sus riquezas y van en el camino seguro de la perdición.
A estos pobres afligidos se les debiera enseñar que cuando mur-
muran contra su suerte y contra los ricos debido a la codicia de éstos,
cometen un gran pecado a la vista del cielo. Debieran comprender
en primer lugar que su enfermedad y su pobreza son desgracias
causadas en su mayor parte por sus propios pecados, necedades y
actos equivocados; y si el Señor pone en el corazón y la mente de
su pueblo el deseo de ayudarles, eso debiera inspirar en ellos senti-
mientos de humilde gratitud a Dios y a su pueblo. Debieran hacer
todo lo que esté de su parte para ayudarse a sí mismos. Si tienen
parientes que pueden y quieren afrontar sus gastos en el Instituto,
dichas personas debieran tener el privilegio de hacerlo.
Y en vista de que hay tantos pobres y afligidos que de una forma
u otra deben ser objeto de la caridad del Instituto, y por la falta de
fondos y acomodaciones que se experimenta en la actualidad, la
estadía de estas personas en el Instituto debe ser breve. Debieran
ir allá con la idea de obtener, con tanta rapidez y en la forma más
completa que darse pueda, un conocimiento práctico de lo que deben
o no hacer para recobrar la salud y vivir sanos. Los elementos princi-
pales que deben aprovechar estas personas son las conferencias que
escuchen mientras están en el Instituto, y los buenos libros de los
cuales aprendan cómo deben vivir en sus hogares. Si pasan algunas
semanas en el Instituto podrán hallar algún alivio, pero lograrán
más si aplican esos mismos principios en sus hogares. No deben
confiar en que los médicos los curarán en unas pocas semanas; en
cambio, deben aprender a vivir de modo que le dén una oportunidad
a la naturaleza para que efectúe la curación. Esto puede comenzar
durante unas pocas semanas de estar en el Instituto, y sin embargo se
pueden necesitar años para completar la obra estableciendo hábitos
correctos en el hogar.