Página 698 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 1
Estas cosas no suceden sólo en Battle Creek. Me lleno de pesar
al ver cuánto egoísmo hay por todas partes entre los profesos guarda-
dores del sábado. Cristo ha ido a preparar para nosotros mansiones
eternas, ¿y rehusaremos proveer para él un hogar por unos pocos
días, en la persona de sus santos rechazados? El Salvador dejó su
hogar en la gloria, su majestad y su elevado comando, por salvar
al hombre perdido. Se hizo pobre para que nosotros, a través de
su pobreza, pudiéramos ser hechos ricos. Se sometió al oprobio,
de modo que el hombre pudiera ser exaltado y se le proveyera un
hogar de belleza incomparable, y firme como el mismo trono de
Dios. Los que al fin ganen la victoria y se sienten con Cristo en su
trono, seguirán el ejemplo de Jesús, y por elección libre y feliz, se
sacrificarán por él en la persona de sus santos. Los que no puedan
hacer esto por su propia elección, serán echados fuera, al castigo
eterno.
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