Página 699 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

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Cocina saludable
En los siete meses recién pasados, hemos estado en casa unas
cuatro semanas. En nuestros viajes nos hemos sentado a muchas
mesas, desde Iowa a Maine. Algunas de las personas a quienes
hemos visitado, viven conforme a toda la luz que han recibido. Otros,
que tienen las mismas oportunidades de aprender a vivir sanamente
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y bien, apenas han dado los primeros pasos en la reforma. Dicen que
no saben cocinar en esta nueva forma. Pero en lo de cocinar no tienen
excusa, porque en la obra
How to Live
(Cómo vivir) hay muchas
recetas excelentes, y ese libro está al alcance de todos. No digo que
el sistema de preparación de alimentos que se enseña en ese libro
sea perfecto. Tengo planes de proveer pronto una pequeña obra que
en ciertos respectos esté más de acuerdo con mis preferencias. Pero
How to Live
enseña técnicas casi infinitamente más avanzadas que
las que el viajero encuentra a menudo, aun entre algunos adventistas
del séptimo día.
Muchos no creen que esto sea un deber, y por lo tanto no tratan
de preparar debidamente los alimentos. Esto puede hacerse en forma
sencilla, saludable y fácil, sin usar manteca de cerdo, mantequilla
o carne. La pericia debe estar unida a la sencillez. Para eso, las
mujeres deben leer, y luego practicar con paciencia lo que hayan
leído. Muchas sufren por no darse el trabajo de hacer esto. A ellas les
digo: Es tiempo de despertar vuestras energías dormidas, y poneros
a leer. Aprended a cocinar con sencillez, y sin embargo en forma tal
que logréis preparar los alimentos más sabrosos y sanos.
Nadie debiera acariciar la idea de que, por cuanto es malo co-
cinar sólo por complacer el gusto o el apetito, es bueno adoptar un
régimen empobrecido. Muchos están debilitados por la enfermedad,
y necesitan una alimentación nutritiva, abundante y bien cocinada.
Con frecuencia encontramos pan integral pesado, ácido y medio
crudo. Esto se debe a la falta de interés por aprender, y de cuidado
en cumplir, el importante cargo de cocinera. A veces encontramos
bizcochos de harina gruesa o bien bizcochos suaves, que han sido
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