Página 72 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 1
multitud, él declaró que si ésta callaba aun las piedras hablarían,
porque la profecía debía cumplirse. Sin embargo, pocos días después
esos mismos discípulos vieron a su amado Maestro de quien habían
creído que reinaría en el trono de David, extendido sobre la cruel
cruz por encima de los fariseos que se burlaban y lo escarnecían.
Sus grandes esperanzas sufrieron un enorme chasco, y quedaron
rodeados por las tinieblas de la muerte.
Sin embargo, Cristo fue fiel a sus promesas. Dio a su pueblo un
dulce consuelo y una abundante recompensa a los que habían sido
leales y fieles.
El señor Miller y los que se habían unido a él suponían que
la purificación del santuario de la que se habla en (
Daniel 8:14
)
significaba la purificación de la tierra mediante el fuego, antes de
poder convertirse en la morada de los santos. Eso debía ocurrir en
la venida de Cristo, y por eso buscamos el cumplimiento de ese
acontecimiento al final de los 2300 días o años. Pero después de
nuestro chasco investigamos cuidadosamente la Biblia con oración y
gran atención, y después de un período de suspenso, la luz se derramó
sobre nuestras tinieblas, y como resultado de eso desaparecieron la
duda y la incertidumbre.
En lugar de referirse la profecía de (
Daniel 8:14
) a la purificación
de la tierra, ahora vimos claramente que señalaba la obra final de
nuestro Sumo Sacerdote en el cielo, la conclusión de la expiación y
la preparación del pueblo para soportar el día de su venida.
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