Página 733 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

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Apéndice
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perduraban en algunas mentes, y produjo unidad entre los creyentes.
[617]
Comentando cómo esta experiencia ilustraba que el oficio de las
visiones consiste más en confirmar las conclusiones basadas en el
estudio de la Biblia que en la introducción de nuevas enseñanzas, el
pastor Jaime White escribió más tarde:
“La siguiente pregunta surge en forma natural: Si las visiones
son dadas para corregir a los errantes, ¿por qué ella no vio antes
que el tiempo escogido, las 6 de la tarde, era un error? Siempre he
agradecido que Dios haya corregido el error en el momento que él
juzgó correcto y apropiado, y que no haya tolerado que existiera
entre nosotros una triste división en torno a este punto. Pero, querido
lector, la obra del Señor en este punto se halla en perfecta armonía
con la posición correcta acerca de los dones espirituales. Según
parece, no es el deseo del Señor enseñar a su pueblo por medio de
los dones del Espíritu en lo referente a temas bíblicos, hasta que sus
siervos no hayan investigado con diligencia la Palabra. Cuando se
hizo esto respecto del tiempo en que se debe comenzar el reposo
sabático, y la mayoría estuvieron establecidos, algunos se hallaron
en peligro de estar fuera de armonía con el cuerpo en cuanto a este
tema. Entonces, sí,
entonces
llegó el tiempo para que Dios mostrara
su bondad al manifestar los dones de su Espíritu precisamente en el
acto de cumplir la obra a ellos encomendada”.
Review and Herald,
25 de febrero de 1868.
Páginas 113-114, 117-118, “Opositores de la verdad” y “El Gru-
po del
Mensajero
”: En el verano de 1854 aparecieron entre los
adventistas guardadores del sábado los primeros disidentes, es decir,
la primera apostasía. Dos hombres que habían estado predicando
el mensaje fueron reprendidos por el espíritu de profecía debido a
su espíritu áspero y censurador, por su avaricia y por su extravagan-
cia en el uso de los medios que se ponían en sus manos. En vez
de arrepentirse, se llenaron de amargura y se unieron con algunos
otros individuos para recriminar injustamente al pastor White, a su
esposa y a otros dirigentes, lanzando contra ellos acusaciones falsas.
Si bien seguían proclamando la verdad del sábado, comenzaron a
publicar una hoja calumniosa que llamaron
The Messenger of Truth
(El mensajero de la verdad).
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A este grupo se unieron los pastores Stephenson y Hall de Wis-
consin. Habían sido predicadores adventistas del primer día y profe-