Página 91 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

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Matrimonio y esfuerzos subsiguientes
El 30 de agosto de 1846 me uní en matrimonio con el pastor
Jaime White. El pastor White había tenido una profunda experiencia
en el movimiento adventista, y Dios había bendecido su trabajo
relacionado con la proclamación de la verdad. Nuestros corazones
se unieron en la gran obra, y juntos viajamos y trabajamos por la
salvación de las almas.
Iniciamos nuestra obra sin dinero, con pocos amigos y con mala
salud. Mi esposo había heredado un físico fuerte, pero se le había
dañado gravemente la salud debido a que en la escuela se había
aplicado exageradamente al estudio y luego se había dedicado inten-
samente a dar conferencias públicas. Yo había sufrido de mala salud
desde mi infancia, tal como lo relaté al comienzo de esta obra. En
esta condición, sin recursos financieros, con muy pocas personas que
simpatizaban con nuestros conceptos, sin una revista y sin libros,
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comenzamos nuestra obra. En ese tiempo no teníamos iglesias. Y
no se nos había ocurrido la idea de utilizar una carpa. La mayor
parte de nuestras reuniones las llevábamos a cabo en hogares priva-
dos. Nuestras congregaciones eran reducidas. Pocas veces asistían
a nuestras reuniones personas que no fueran adventistas, a menos
que se sintieran atraídas por la curiosidad de escuchar a una mujer
hablar en público.
Al comienzo actué con timidez en la obra de hablar públicamen-
te. Si manifestaba alguna confianza, era la que me daba el Espíritu
Santo. Si hablaba con libertad y poder, era porque Dios me lo conce-
día. Nuestras reuniones generalmente se conducían de modo que mi
esposo y yo pudiéramos hablar. El presentaba un discurso doctrinal,
y luego yo seguía con una exhortación bastante más larga, abrién-
dome camino hacia los sentimientos de la congregación. De modo
que mi esposo sembraba, yo regaba la semilla de la verdad, y Dios
producía el fruto.
En el otoño de 1846 comenzamos a observar el sábado bíblico,
a enseñarlo y a defenderlo. Entré en contacto por primera vez con la
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