Página 92 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 1
verdad del sábado mientras visitaba la localidad de New Bedford,
Massachusetts, en los primeros meses del año mencionado. Conocí
en ese lugar al pastor José Bates, quien había aceptado la fe adven-
tista y era un activo obrero en la causa. El pastor Bates observaba
el sábado y hablaba de su importancia. Yo no veía cuál podía ser su
importancia, y pensaba que el pastor Bates erraba al espaciarse en el
cuarto mandamiento más que en cualquiera de los otros nueve. Pero
el Señor me dio una visión del santuario celestial. El templo de Dios
estaba abierto en el cielo y se mostró el arca de Dios cubierta con
el propiciatorio. Había dos ángeles, uno en cada extremo del arca,
con sus alas extendidas sobre el propiciatorio y sus rostros vueltos
hacia él. Mi ángel acompañante me informó que éstos representaban
a toda la hueste celestial que miraba con reverencia la santa ley que
había sido escrita por el dedo de Dios. Jesús levantó la cubierta del
arca y contemplé las tablas de piedra en las que los Diez Manda-
mientos se encontraban escritos. Quedé asombrada al ver el cuarto
mandamiento en el centro mismo de los otros diez, rodeado por un
suave halo de luz. El ángel me dijo: “Es el único de los diez que
define al Dios viviente que creó los cielos y la tierra y todas las cosas
que en ellos hay. Cuando se colocaron los fundamentos de la tierra
también se colocó el fundamento del sábado como día de reposo”.
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Se me mostró que si se hubiera observado siempre el verdadero
día de reposo, nunca hubiera existido un infiel o un ateo. La obser-
vancia del día de reposo hubiera preservado al mundo de idolatría.
El cuarto mandamiento ha sido violado, de modo que todos somos
llamados a reparar la brecha que se ha abierto en la ley, y a resta-
blecer el día de reposo que ha sido pisoteado. El hombre de pecado,
que se exaltó por encima de Dios, y pensó en cambiar los tiempos y
la ley, produjo el cambio del día de reposo del séptimo día al primer
día de la semana. Al hacerlo, abrió una brecha en la ley de Dios.
Justamente antes del gran día de Dios se envía un mensaje que insta
a la gente a que reafirme su lealtad a la ley de Dios quebrantada por
el anticristo. Hay que llamar la atención a la brecha abierta en la
ley mediante precepto y ejemplo. Se me mostró que el tercer ángel,
que proclama los mandamientos de Dios y la fe de Jesús, representa
al pueblo que recibe el mensaje y levanta su voz de advertencia al
mundo instándolo a observar los mandamientos de Dios en forma