Página 101 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

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Desconfiad de todas las enseñanzas erróneas
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un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es
sobre todas las cosas, y por todas las cosas, y en todos vosotros.”
Efesios 2:20-22; 4:1-6
.
Lo que el Hno. D***llama luz es aparentemente inofensivo y
no se diría que alguien pudiese verse perjudicado por ello. Pero,
hermanos, es idea y cuña de entrada de Satanás. Esto ha sido probado
vez tras vez. Uno acepta alguna idea nueva y original que no parece
estar en conflicto con la verdad. Se espacia en ella hasta que le
parece que está revestida de belleza e importancia, porque Satanás
tiene poder para dar esa falsa apariencia. Al fin llega a ser el tema
que lo absorbe todo, el único gran punto alrededor del cual gira todo,
y la verdad queda desarraigada del corazón.
Apenas se inician en su mente ideas erráticas, el Hno.
D***empieza a perder la fe, y a poner en duda la obra del Espí-
ritu que se ha manifestado entre nosotros durante tantos años. No
es un hombre que haya de albergar lo que él llama luz especial sin
impartirla a otros; por lo tanto no hay seguridad en darle una in-
fluencia que le capacitará para desequilibrar a otras mentes. Es abrir
una puerta por la cual Satanás hará penetrar muchos errores que
distraigan la mente de la importancia de la verdad para este tiempo.
Hermanos, como embajadora de Cristo, os amonesto a que descon-
fiéis de estas cuestiones laterales, que tienden a distraer la mente de
la verdad. Nunca es el error inofensivo ni santifica, sino que siempre
es peligroso y produce confusión y disensión. El enemigo ejerce
gran poder sobre las mentes que no están cabalmente fortalecidas
por la oración y establecidas en la verdad bíblica.
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Hay mil tentaciones disfrazadas y preparadas para aquellos que
tienen la luz de la verdad; y la única seguridad para cualquiera de no-
sotros consiste en no recibir ninguna nueva doctrina, ninguna nueva
interpretación de las Escrituras, sin someterla primero a hermanos
de experiencia. Presentádsela con un espíritu humilde y dispuesto
a recibir enseñanza, con ferviente oración, y si ellos no la aceptan,
ateneos a su juicio; porque “en la multidud de consejeros hay salud.”
Proverbios 11:14
.