Página 152 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

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Joyas de los Testimonios 2
la intensa búsqueda de ventajas terrenas, con descuido de la obra de
Dios.
Sin embargo, calmáis vuestra conciencia diciendo que no podéis
deshacer lo pasado, y obtener el vigor, la fuerza y la habilidad que
podríais haber tenido si hubieseis empleado vuestras facultades co-
mo Dios lo requería. Pero recordad que él os tiene por responsables
de la obra hecha negligentemente o dejada sin hacer por vuestra
infidelidad. Cuanto más ejercitéis vuestras facultades por el Maestro,
tanto más aptos y hábiles os volveréis. Cuanto más íntimamente os
relacionéis con la fuente de luz y poder, mayor luz será derramada
sobre vosotros, y mayor poder obtendréis para dedicarlo a Dios. Y
sois responsables por todo lo que podríais haber tenido, pero dejas-
teis de obtener por vuestra devoción al mundo. Cuando decidisteis
seguir a Cristo, os comprometisteis a servirle a él solo; y él prometió
estar con vosotros y bendeciros, refrigeraros con su luz, concederos
su paz y haceros gozosos en su obra. ¿Habéis dejado de experimentar
estas bendiciones? Tened por seguro que es el resultado de vuestra
propia conducta.
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A fin de escapar a la conscripción durante la guerra, hubo hom-
bres que se provocaron enfermedades, otros se mutilaron para quedar
inaptos para el servicio. Esto ilustra la conducta que muchos han se-
guido en relación con la causa de Dios. Han atrofiado sus facultades,
tanto físicas como mentales, y no han podido hacer la obra que es
tan necesaria.
“¿Soy yo guarda de mi hermano?”
Supongamos que se colocase una suma de dinero en vuestras
manos para que la invirtierais con cierto fin. ¿La arrojaríais lejos
declarando que ya no erais responsables de usarla? ¿Os parecería
que os habríais ahorrado una gran preocupación? Sin embargo, esto
es lo que habéis estado haciendo con los dones de Dios. Excusaros
de trabajar por otros, por falta de capacidad, mientras que estáis
absortos en búsquedas mundanales, es burlaros de Dios. Multitudes
están bajando a la ruina; el pueblo que ha recibido la luz y la verdad
no es más que un puñado para resistir a toda la hueste del mal;
y sin embargo, este pequeño grupo está dedicando sus energías a
todo menos a aprender a rescatar las almas de la muerte. ¿Es acaso