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Joyas de los Testimonios 2
Cada día que pasa nos acerca más al último grande e importante
día. Estamos un año más cerca del juicio, más cerca de la eternidad,
de lo que estábamos al principio de 1884. ¿Nos estamos acercando
también más a Dios? ¿Estamos velando en oración? Otro año del
tiempo en que podemos trabajar ha pasado a la eternidad. Cada día
hernos estado asociados con hombres y mujeres que van encami-
nados hacia el juicio. Cada día puede haber sido la línea divisoria
para algún alma; alguno puede haber hecho la decisión que determi-
nará su destino futuro. ¿Cuál ha sido nuestra influencia sobre estos
compañeros de viaje? ¿Qué esfuerzos hernos hecho para llevarlos a
Cristo?
Es algo solemne vivir ahora
Es algo solemne morir, pero es mucho más solemne vivir. Cada
pensamiento, palabra y acción de nuestra vida volverá a confrontar-
nos. Tendremos que seguir siendo durante toda la eternidad lo que
nos hayamos hecho durante el tiempo de gracia. La muerte provoca
la disolución del cuerpo, pero no produce cambio alguno en nuestro
carácter, ni lo cambia tampoco la venida de Cristo; tan sólo lo fija
para siempre sin posibilidad de cambio.
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Vuelvo a invitar a los miembros de la iglesia a ser cristianos,
a ser semejantes a Cristo. Jesús no trabajaba para sí mismo sino
para los demás. Trabajaba para bendecir y salvar a los perdidos.
Si sois cristianos, imitaréis su ejemplo. El echó el fundamento, y
nosotros edificamos con él. Pero ¿qué material estamos poniendo
sobre este fundamento? “La obra de cada uno será manifestada:
porque el día la declarará; porque por el fuego será manifestada; y
la obra de cada uno cuál sea, el fuego hará la prueba.”
1 Corintios
3:13
. Si estáis dedicando toda vuestra fuerza y talento a las cosas de
este mundo, el trabajo de vuestra vida está representado por madera,
heno y hojarasca, que serán consumidos por el fuego en el postrer
día. Pero la labor abnegada por Cristo y la vida futura será como oro
y plata y piedras preciosas; es imperecedera.