Página 173 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

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La importancia del sábado
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Mientras que un socio profesa observar el sábado, el otro, con los
trabajadores empleados, sigue adelante con los negocios de la firma.
El observador del sábado, aunque exteriormente no trabaje, no puede
separar sus pensamientos de los asuntos comerciales. Aunque se
esfuerce por guardar el sábado, no lo guarda. El Señor le considera
como transgresor.
Aun en las relaciones comerciales, no podemos, sin que esto
afecte los principios, relacionarnos con aquellos que no son leales
a Dios. Lo que una parte considera prohibido por su conciencia,
la otra lo permite. Y esto no sólo en relación con asuntos religio-
sos, sino también en las transacciones comerciales. Uno actúa por
motivos egoístas, sin tener en cuenta la ley de Dios ni la salvación
del alma; y si el otro ama sinceramente a Dios y la verdad, tendrá
que sacrificar los buenos principios, o se producirán frecuentes y
dolorosas diferencias.
Necesitará sostener una lucha continua para resistir a la influen-
cia mundanal y el ejemplo de su socio impío. Tiene que arrostrar
grandes dificultades; porque se colocó sobre el terreno del enemigo.
La única conducta segura estriba en prestar atención a la orden inspi-
rada: “No os juntéis en yugo con los infieles: porque ¿qué compañía
tiene la justicia con la injusticia? ¿y qué comunión la luz con las
tinieblas?” “Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y
no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré.”
2 Corintios 6:14, 17
.
La asistencia a la escuela en sábado
Algunos de nuestros hermanos han enviado a sus hijos a la
escuela en sábado. No estaban obligados a hacer esto, pero las
autoridades escolares ponían reparosenrecibir a los niños a menos
que asistieran los seís días. En algunas de estas escuelas, los alumnos
no sólo reciben instrucción en los ramos comunes de estudio, sino
que se les enseña a hacer diversas clases de trabajo; y allí los niños
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de los que profesan guardar los mandamientos de Dios han sido
enviados en sábado. Algunos padres han procurado justificar su
conducta citando la declaración de Cristo, de que es lícito hacer bien
en sábado. Pero el mismo raciocinio demostraría que los hombres
pueden trabajar en sábado porque deben ganar el pan de sus hijos; y