Página 175 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

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La importancia del sábado
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los hombres. Esto es lo que hará distinción entre quienes honran a
Dios y quienes le deshonran. En esto es donde hemos de demostrar
nuestra lealtad. La historia del trato de Dios con su pueblo en todas
las épocas demuestra que él exige una obediencia estricta.
Cuando el ángel destructor estaba por recorrer la tierra de Egipto,
y herir a los primogénitos de los hombres y de las bestias, se indicó
a los israelitas que tuviesen a sus hijos consigo en casa, y rociasen
los dinteles de las puertas con sangre, que ninguno quedase fuera
de la casa; porque todos los que fuesen hallados entre los egipcios
serían destruídos con ellos. Supongamos que un israelita hubiese
descuidado de colocar la señal de la sangre sobre su puerta, diciendo
que el ángel de Dios podía distinguir entre los hebreos y los egipcios;
¿habrían custodiado esa morada los centinelas celestiales? Debemos
aplicarnos esta lección a nosotros mismos.
Nuevamente ha de recorrer la tierra el ángel destructor. Se ha
de colocar una marca sobre el pueblo de Dios, y esa marca es la
observancia de su santo sábado. No hemos de seguir nuestra propia
voluntad y juicio, e imaginarnos que Dios cumplirá nuestras condi-
ciones. Dios prueba nuestra fe al darnos una parte que desempeñar
en relación con su intervención en nuestro favor. Sus promesas se
cumplirán para los que cumplan las condiciones; pero todos los que
se atrevan a desviarse de sus instrucciones, para seguir un camino
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de su propia elección, perecerán con los impíos cuando sus juicios
caigan sobre la tierra.
Si los padres permiten que sus hijos reciban educación en el
mundo y hagan del sábado un día común, entonces no podrá ser
puesto sobre ellos el sello de Dios. Serán destruídos con el mundo; y
¿no recaerá su sangre sobre los padres? Pero si enseñamos fielmente
a nuestros hijos los mandamientos de Dios, los sometemos a la
autoridad paternal y luego por la fe y la oración los confiamos a
Dios, él cooperará con nuestros esfuerzos porque lo ha prometido.
Y cuando el azote abrumador recorra la tierra, ellos estarán con
nosotros escondidos en el pabellón secreto del Señor.
La observancia escrupulosa del sábado
Dios sacó a su pueblo Israel de Egipto para que pudiese guardar
su sábado, y les dió indicaciones especiales acerca de cómo obser-