Página 178 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

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Joyas de los Testimonios 2
abnegación. Si cada uno obra así, la iglesia crecerá en espiritualidad
y en favor para con Dios. ...
Nos estamos acercando al fin del tiempo. Abundarán las pruebas
de afuera, pero no permitamos que provengan de adentro de la
iglesia. Por amor de la verdad, por amor a Cristo, niéguense a sí
mismos los que profesan ser hijos de Dios. “Porque es menester que
todos nosotros parezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada
uno reciba según lo que hubiere hecho por medio del cuerpo, ora
sea bueno o malo.”
2 Corintios 5:10
. Todo aquel que ame de veras
a Dios, tendrá el espíritu de Cristo y un ferviente amor hacia sus
hermanos. Cuanto más en comunión con Dios esté el corazón de una
persona, y cuanto más se concentren sus afectos en Cristo, menos
perturbada se sentirá ella por las asperezas y penurias que encuentre
en esta vida. Los que están creciendo a la plena estatura de hombres
y mujeres en Cristo Jesús, se volverán cada vez más semejantes a
Cristo en su carácter y se elevarán por encima de la disposición a
murmurar y estar descontentos. El dedicarse a la censura les inspirará
desprecio. ...
Estamos viviendo en una época en que todos deben prestar
atención especial a la orden del Salvador: “Velad y orad, para que
no entréis en tentación.”
Mateo 26:41
. Recuerde cada uno que debe
ser fiel y leal a Dios, creyendo la verdad, creciendo en gracia y
en el conocimiento de Jesucristo. La invitación del Salvador es:
“Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis
descanso para vuestras almas.”
Mateo 11:29
. El Señor está dispuesto
a ayudarnos, a fortalecernos y a bendecirnos; pero debemos pasar
por el proceso de refinación hasta que se hayan consumido todas
las impurezas de nuestro carácter. Cada miembro de la iglesia será
sometido al horno, no para ser consumido, sino para ser purificado.
El Señor ha obrado entre vosotros, pero Satanás también se ha
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infiltrado para producir fanatismo. Hay también otros males que
deben evitarse. Algunos están en peligro de quedarse satisfechos
con las vislumbres que han obtenido de la luz y el amor de Dios, y
cesar de progresar. No han perseverado en la vigilancia y la oración.
En el mismo momento en que se hace la aclamación: “Templo de
Jehová, templo de Jehová, templo de Jehová es éste” (
Jeremías 7:4
),
penetran tentaciones, y las tinieblas rodean al alma: la propensión a
lo terrestre, el egoísmo y la glorificación propia. Es necesario que