Página 203 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

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“Vuestro racional culto”
“Os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros
cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro
racional culto.”
Romanos 12:1
.
En el tiempo del antiguo Israel, los sacerdotes examinaban con
ojo crítico toda ofrenda que era traída como sacrificio. Si descubrían
algún defecto, rechazaban el animal; porque el Señor había ordenado
que la ofrenda fuese “sin defecto.” Hemos de presentar nuestros
cuerpos como sacrificio vivo a Dios; y ¿no debemos tratar de hacer
la ofrenda tan perfecta como sea posible? Dios nos ha dado todas
las instrucciones necesarias para nuestro bienestar físico, mental
y moral; y a cada uno le incumbe el deber de poner los hábitos
de su vida en conformidad con la norma divina en todo particular.
¿Agradará al Señor cualquier cosa que sea menos que lo mejor que
podemos ofrecer? “Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón.”
Lucas 10:27
. Si le amamos de todo corazón, desearemos darle el
mejor servicio de nuestra vida, y trataremos de poner toda facultad
de nuestro ser en armonía con las leyes que hayan de favorecer
nuestra capacidad de hacer su voluntad.
Toda facultad de nuestro ser nos fué dada para que pudiésemos
prestar servicio aceptable a nuestro Hacedor. Cuando, por medio del
pecado, pervertimos los dones de Dios, y vendimos nuestros poderes
al príncipe de las tinieblas, Cristo pagó un rescate por nosotros, a
saber su propia preciosa sangre. “Por todos murió, para que los que
viven, ya no vivan para sí, mas para aquel que murió y resucitó por
ellos.”
2 Corintios 5:15
. No hemos de seguir las costumbres del
mundo. “Y no os conforméis a este siglo; mas reformaos por la
renovación de vuestro entendimiento.”
Romanos 12:2
.
[215]
SI NOS vistiéramos en forma sencilla y modesta, sin referencia
a las modas; si nuestra mesa fuese en todo momento puesta con
alimentos sencillos y sanos, evitando todos los lujos y todas las
extravagancias; si nuestras casas fuesen edificadas con apropiada
Testimonios para la Iglesia 5:541, 542 (1889)
.
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