Página 265 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

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Naturaleza e influencia de los Testimonios
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que esta conducta era inconsecuente y que llenaría a los incrédulos
de prejuicios contra la verdad. Los
Testimonios
no pueden tener valor
para aquellos que no saben nada de su espíritu. No debe hacerse
referencia a ellos en tales casos.
Otras amonestaciones concernientes al uso de los
Testimonios
han sido dadas de vez en cuando como sigue:
“Algunos de los predicadores están muy atrasados. Profesan
creer los testimonios dados, y algunos hacen mal al erigirlos en regla
de hierro para aquellos que no han tenido experiencia con referencia
a ellos, pero no los practican ellos mismos. Han recibido repetidos
testimonios, que han despreciado completamente. La conducta de
los tales no es consecuente.
“Vi que muchos habían aprovechado lo que Dios había mostrado
acerca de los pecados y errores ajenos. Habían tomado el sentido
más riguroso de lo que había sido mostrado en visión, y luego habían
insistido tanto en ello que contribuían a debilitar la fe de muchos en
lo que Dios había revelado, y también a desalentar y descorazonar a
la iglesia.
El enemigo aprovechará cuanto pueda emplear para destruir
las almas. Han sido dados testimonios en favor de personas que
ocupan puestos importantes. Comienzan bien llevando las cargas y
desempeñando su parte en relación con la obra de Dios. Pero Satanás
las persigue con sus tentaciones, y quedan finalmente vencidas.
Cuando otros observan su conducta equivocada, Satanás les sugiere
que debe haber un error en los testimonios dados para estas personas,
de lo contrario estos hombres no se habrían demostrado indignos de
desempeñar una parte en la obra de Dios.
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Así surgen dudas acerca de la luz que Dios ha dado. Lo que pue-
de decirse de algunos hombres en ciertas circunstancias, no puede
decirse de ellos en otras. Los hombres son moralmente tan débiles y
extremadamente egoístas, tan llenos de suficiencia propia, y se en-
gríen tan fácilmente, que Dios no puede obrar en relación con ellos;
y los deja moverse como a ciegas, y manifestar tan grande debilidad
e insensatez, que muchos se asombran de que tales personas hayan
sido aceptadas una vez y reconocidas como dignas de tener relación
Testimonios para la Iglesia 1:369 (1863)
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Testimonios para la Iglesia 1:166 (1857)
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