Página 293 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

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Los misterios de la Biblia como prueba de su inspiración
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Los judíos esperaban al Mesías; pero él no vino como ellos
habían predicho que vendría, y si se le aceptaba como el que había
sido prometido, sus sabios maestros se verían obligados a reconocer
que habían errado. Estos dirigentes se habían separado de Dios; y
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Satanás obró en su mente para inducirlos a rechazar al Salvador.
Antes que renunciar a su orgullosa opinión, cerraban los ojos a
todas las evidencias de su carácter mesiánico; y no sólo rechazaron
el mensaje de salvación ellos mismos, sino que endurecieron el
corazón del pueblo contra Jesús. Su historia debe ser una solemne
advertencia para nosotros.
Cuando el Señor tiene luz para su pueblo, no es de esperar que
Satanás se quede tranquilo, sin hacer esfuerzos para impedirles
que la reciban. El obrará en las mentes para excitar desconfianza,
celos e incredulidad. Tengamos cuidado de no rechazar la luz que
Dios envía porque no viene de una manera que nos agrade. No
rechacemos la bendición de Dios por no conocer el tiempo de nuestra
visitación. Si hay quienes no ven ni aceptan la luz ellos mismos,
no estorben el camino de los demás. No se diga de este pueblo
altamente favorecido, como se dijo de los judíos cuando les fué
predicada la buena nueva del reino: “Vosotros mismos no entrasteis,
y a los que entraban impedisteis.”
Lucas 11:52
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Testimonios para la Iglesia 5:728 (1889)
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