Página 303 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

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El don inestimable
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no sólo reflejen su gloria para alabanza de Dios, sino que iluminen
las tinieblas del mundo con el resplandor del cielo. Así se cumplirán
las palabras de Cristo: “Vosotros sois la luz del mundo.”
Mateo 5:14
.
“Porque nosotros, coadjutores somos de Dios,” “dispensadores
de las diferentes gracias de Dios.”
1 Corintios 3:9
;
1 Pedro 4:10
.
El conocimiento de la gracia de Dios, las verdades de su Palabra,
y los dones temporales, el tiempo, los recursos, los talentos y la
influencia, todas estas cosas constituyen un cometido de Dios, que ha
de emplearse para su gloria y para la salvación de los hombres. Nada
puede ofender más a Dios, que está constantemente otorgando sus
dones al hombre, que ver a éste aferrarse egoístamente a sus dones,
sin devolver nada al Dador. Jesús está hoy en el cielo preparando
mansiones para los que le aman; sí, más que mansiones, un reino que
ha de ser nuestro. Pero todos los que han de heredar estas bendiciones
deben participar de la abnegación y el sacrificio de Cristo en favor
de los demás.
Respondamos al clamor macedónico
Nunca ha habido mayor necesidad de labor ferviente y abnegada
en la causa de Cristo que ahora cuando las horas del tiempo de gracia
están terminando rápidamente, y ha de ser proclamado al mundo el
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último mensaje de misericordia. Mi alma se conmueve dentro de
mí al oír el clamor macedónico que llega de toda dirección, de las
ciudades y las aldeas de nuestra propia tierra, de allende el Atlántico
y el anchuroso Pacífico, y de las islas del mar. “Pasa a Macedonia
y ayúdanos.”
Hechos 16:9
. Hermanos y hermanas, contestemos al
clamor diciendo: “Haremos cuanto podamos, enviándoos tanto mi-
sioneros como dinero. Nos negaremos a embellecer nuestras casas,
adornar nuestras personas y satisfacer el apetito. Daremos a la causa
de Dios los recursos a nosotros confiados, y nos dedicaremos tam-
bién sin reservas a su obra.” Se nos presentan las necesidades de la
causa; las tesorerías vacías nos piden patéticamente ayuda. Un peso
tiene ahora más valor para la obra que el que tendrán diez pesos en
algún momento futuro.
Trabajad, hermanos, mientras tenéis oportunidad de hacerlo,
mientras el día dura. Trabajad, porque “la noche viene, cuando nadie
puede obrar.”
Juan 9:4
. Nos resulta imposible decir cuán pronto