Página 306 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

Basic HTML Version

302
Joyas de los Testimonios 2
en bendiciones, en bendiciones también segará.” “Poderoso es Dios
para hacer que abunde en vosotros toda gracia; a fin de que,
teniendo
siempre en todas las cosas todo lo que basta, abundéis para toda
buena obra. ..
. Y el que da simiente al que siembra, también da-
rá pan para comer, y multiplicará vuestra sementera, y aumentará
los crecimientos de los frutos de vuestra justicia; para que estéis
enriquecidos en todo para toda bondad, la cual obra por nosotros
[332]
hacimiento de gracias a Dios.”
2 Corintios 9:6-11
.
No debemos considerar que podemos hacer o dar algo que nos
dé derecho al favor de Dios. Dice el apóstol: “¿Qué tienes que no
hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿de qué te glorías como si no
hubieras recibido?”
1 Corintios 4:7
. Cuando David y el pueblo de
Israel hubieron reunido el material que habían preparado para la
edificación del templo, el rey, al confiar el tesoro a los príncipes de
la congregación, se regocijó y dió gracias a Dios en palabras que
debieran grabarse para siempre en el corazón de los hijos de Dios.
“Asimismo holgóse mucho el rey David, y bendijo a Jehová
delante de toda la congregación; y dijo David: Bendito seas tú, oh
Jehová, Dios de Israel nuestro padre, de uno a otro siglo. Tuya es,
oh Jehová, la magnificencia, y el poder, y la gloria, la victoria, y
el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la
tierra son tuyas. ... Y en tu mano está la potencia y la fortaleza, y
en tu mano la grandeza y fuerza de todas las cosas. Ahora pues,
Dios nuestro, nosotros te confesamos, y loamos tu glorioso nombre.
Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos
ofrecer de nuestra voluntad cosas semejantes? porque todo es tuyo,
y lo recibido de tu mano te damos. Porque nosotros, extranjeros
y advenedizos somos delante de ti, como todos nuestros padres;
y nuestros días cual sombra sobre la tierra, y no dan espera. Oh
Jehová Dios nuestro, toda esta abundancia que hemos aprestado para
edificar casa a tu santo nombre, de tu mano es, y todo es tuyo. Yo
sé, Dios mío, que tú escudriñas los corazones, y que la rectitud te
agrada: por eso yo con rectitud de mi corazón voluntariamente te
he ofrecido todo esto, y ahora he visto con alegría que tu pueblo,
que aquí se ha hallado ahora, ha dado para ti espontáneamente.”
1
Crónicas 29:10-17
.
Era Dios quien había proporcionado al pueblo las riquezas de
la tierra, y su Espíritu le había predispuesto a entregar sus cosas