Página 313 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

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El carácter de Dios revelado en Cristo
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de obtener un conocimiento de Dios. Dice Pedro: “Gracia y paz os
sea multiplicada en
el conocimiento de Dios,
y de nuestro Señor
Jesús.” “Todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos
sean dadas de su divina potencia,
por el conocimiento de aquel
que
nos ha llamado por su gloria y virtud.” Y la Escritura nos invita:
“Amístate ahora con él, y tendrás paz.”
2 Pedro 1:2, 3
;
Job 22:21
.
Dios nos ha ordenado: “Sed santos, porque yo soy santo;” y un
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apóstol inspirado declara que sin la santidad “nadie verá al Señor.”
1 Pedro 1:16
;
Hebreos 12:14
. La santidad consiste en concordar
con Dios. Por el pecado la imagen de Dios en el hombre ha sido
estropeada y casi borrada; es obra del Evangelio restaurar lo que
se había perdido; y hemos de cooperar con el agente divino en esta
obra. Y ¿cómo podemos volver a estar en armonía con Dios? ¿cómo
recibiremos su semejanza a menos que obtengamos un conocimiento
de él? Este conocimiento es lo que Cristo vino a revelarnos.
Contemplemos y seamos transformados
Las opiniones deficientes que tantos han sostenido acerca del
exaltado carácter y oficio de Cristo han estrechado su experiencia
religiosa y han impedido grandemente su progreso en la vida divina.
La religión personal está en un nivel muy bajo entre nosotros como
pueblo. Hay mucha forma, mucha maquinaria, mucha religión de
la lengua; pero algo más profundo y sólido debe penetrar en nues-
tra experiencia religiosa. Con todas nuestras facilidades, nuestras
casas editoras, colegios, sanatorios y muchísimas otras ventajas,
debiéramos estar mucho más adelantados.
Es obra del cristiano en esta vida representar a Cristo ante el
mundo, mediante una vida y un carácter que revelen al bendito Jesús.
Si Dios nos ha dado luz, es para que la revelemos a otros. Pero en
comparación con la luz que hemos recibido, y las oportunidades y los
privilegios que se nos otorgó para alcanzar los corazones de la gente,
los resultados obtenidos por nuestra obra hasta aquí han sido muy
exiguos. Dios quiere que la verdad que ha sido presentada a nuestro
entendimiento produzca más fruto que el revelado hasta aquí. Pero
cuando nuestra mente está llena de lobreguez y tristeza, espaciándose
en las tinieblas y lo malo que nos rodea, ¿cómo puede presentar a
Cristo al mundo? ¿Cómo puede nuestro testimonio tener poder para