Página 330 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

Basic HTML Version

326
Joyas de los Testimonios 2
Desconfíen todos nuestros hermanos y hermanas de cualquiera
que quisiera fijar una fecha en que el Señor ha de cumplir su palabra
con respecto a su venida, o con respecto a cualquier otra promesa
de significado especial que haya hecho. “No toca a vosotros saber
los tiempos o las sazones que el Padre puso en su sola potestad.”
Hechos 1:7
. Pueden los falsos maestros parecer muy celosos por la
obra de Dios, y gastar recursos en presentar sus teorías al mundo y a
la iglesia; pero como mezclan el error con la verdad, su mensaje es
engañoso, y extraviará las almas por senderos falsos. Es necesario
hacerles frente y oponérseles, no porque sean hombres malos, sino
[360]
porque enseñan errores y procuran poner sobre la mentira el sello
de la verdad.
Cuánta lástima inspira ver a ciertos hombres darse tanto trabajo
para descubrir alguna teoría errónea, cuando hay un alfolí lleno de
preciosas gemas de verdad que podrían enriquecer a todos en la
santísima fe. En vez de enseñar la verdad, permiten que su imagi-
nación se espacie en aquello que es nuevo y extraño, y se ponen en
desacuerdo con aquellos a quienes Dios está usando para hacer subir
a su pueblo a la plataforma de la verdad. Desechan todo lo que se ha
dicho acerca de la unidad de sentimiento, y pisotean la oración de
Cristo como si la unidad por la cual él oró no fuese esencial, y no
hubiese necesidad de que sus discípulos sean uno como él es uno
con el Padre. Escapan por la tangente, y como Jehú, invitan a sus
hermanos a seguir su ejemplo de celo por el Señor.
Si su celo los indujese a trabajar en los mismos ramos en que
trabajan sus hermanos que han soportado el calor y la carga del
día; si fuesen tan perseverantes para vencer los desalientos y los
obstáculos como lo han sido sus hermanos, bien podría imitárseles
y Dios los aceptaría. Mas han de ser condenados los hombres que
salen a proclamar una luz maravillosa, y con todo se apartan de los
agentes a quienes Dios está guiando. Así fué como obraron Coré,
Datán y Abiram, y su acción nos es relatada como amonestación a
todos. No debemos hacer como ellos hicieron al juzgar y condenar a
aquellos a quienes Dios impuso la carga de la obra.
Los que han proclamado que la Iglesia Adventista del Séptimo
Día es Babilonia, han hecho uso de los
Testimonios
para dar a su
posición un apoyo aparente; pero, ¿por qué no presentaron lo que
durante años ha sido el corazón de mi mensaje: la unidad de la