Página 368 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

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Joyas de los Testimonios 2
jar; porque no todas las mentes han de ser alcanzadas por los mismos
métodos. No debe permitirse cosa alguna que separe al siervo de
Dios de sus semejantes. El creyente individual ha de trabajar para el
pecador individual. Cada persona debe mantener ardiendo su propia
luz; y si el aceite celestial corriere a estas lámparas por los conductos
de oro; si los vasos fueren vaciados del yo, y preparados para recibir
el aceite santo, se derramará luz sobre la senda del pecador con algún
propósito. Más luz caerá sobre la senda del extraviado de parte de
una lámpara tal, que de toda una procesión de antorchas enarboladas
para la ostentación. La consagración personal y la santificación para
Dios traen más resultados que el más imponente despliegue.
Enseñemos a nuestras hermanas que su pregunta debe ser cada
día: “Señor, ¿qué quieres que yo haga hoy?” Cada vaso consagrado
recibirá cada día el aceite santo para que fluya a otros vasos.
Si la vida que vivimos en este mundo es completamente para
Cristo, será una vida de entrega diaria. El recibirá nuestro servicio
voluntario, y cada alma será su joya. Si podemos hacer comprender
a nuestras hermanas el bien que pueden hacer por Cristo, veremos
realizarse una gran obra. Si podemos despertar su mente y corazón
para que cooperen con el divino Obrero, ganaremos grandes victorias
por medio de la obra que ellas realicen. Pero el yo debe ocultarse;
Cristo debe aparecer como el que obra.
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Debe haber intercambio en dar y tomar, en recibir e impartir.
Esto nos vincula como colaboradores con Dios. Esta es la obra del
cristiano. El que pierda su vida la hallará.
La capacidad de recibir el aceite santo de las dos olivas aumenta
a medida que el recipiente transmite este aceite en palabras y ac-
ciones que suplan las necesidades de otras almas. Obra preciosa y
satisfactoria es la que consiste en estar constantemente recibiendo e
impartiendo.
Necesitamos y debemos tener nuevas provisiones cada día. ¡Y
a cuántas almas podremos ayudar si nos comunicamos con ellas!
Todo el cielo está esperando los conductos por los cuales pueda
ser derramado el aceite santo, para regocijar y bendecir a otros.
Yo no temo que haya quienes hagan errores en el trabajo, si tan
sólo quieren mantenerse unidos con Cristo. Si él mora en nosotros,
trabajaremos en forma continua y sólida, de manera que nuestro