La enseñanza de la religión en el hoga
Los que llevan el último mensaje de misericordia al mundo deben
sentir que es su deber instruir a los padres acerca de la religión en el
hogar. El gran movimiento de reforma debe principiar presentando
a los padres, las madres y los hijos los principios de la ley de Dios.
A medida que se presentan los requerimientos de la ley de Dios,
y los hombres y mujeres se convencen de su deber de acatarla,
muéstreseles la responsabilidad de su decisión, no sólo para consigo
mismos sino para con sus hijos. Muéstreseles que la obediencia a la
Palabra de Dios es nuestra única salvaguardia contra los males que
están arrastrando al mundo a la destrucción. Los padres dan a sus
hijos un ejemplo de obediencia o de transgresión. Por su ejemplo y
enseñanza, se decidirá en la mayoría de los casos el destino eterno
de sus familias. En la vida futura, los hijos serán lo que sus padres
los hayan hecho.
Si se pudiese inducir a los padres a rastrear los resultados de su
acción, y pudiesen ver cómo por su ejemplo y enseñanza perpetúan
y acrecientan el poder del pecado o el poder de la justicia, buscarían
ciertamente un cambio. Muchos quebrantarían el hechizo de la
tradición y la costumbre.
Insistan los predicadores acerca de esto en sus congregacio-
nes. Inculquen en la conciencia de los padres la convicción de los
solemnes deberes que han descuidado durante tanto tiempo. Esto
quebrantará el espíritu de farisaísmo y resistencia a la verdad como
ninguna otra cosa podría hacerlo. La religión en el hogar es nuestra
gran esperanza, y hace halagüeña la perspectiva de que se convierta
toda la familia a la verdad de Dios.
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Testimonios para la Iglesia 6:119 (1900)
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