Página 38 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

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Joyas de los Testimonios 2
“Malicias espirituales en los aires”
Cuando los hombres y las mujeres caen bajo el poder corruptor
de Satanás, es casi imposible recobrarlos de la horrible trampa,
de manera que vuelvan a tener nuevamente pensamientos puros y
conceptos claros de lo que Dios requiere. El pecado, para sus mentes
seducidas, ha sido santificado por el ministro, y nunca vuelven a
considerarlo con la repugnancia con que Dios lo mira. Una vez que
se ha rebajado la norma moral en la mente de los hombres, su juicio
se pervierte, y miran al pecado como justicia, y a la justicia como
pecado. Al asociarse con aquellos cuyas inclinaciones y hábitos
no son elevados ni puros, se vuelvan como ellos. Adoptan casi
inconscientemente sus gustos y principios.
Si se elige la sociedad de un hombre de mente impura y hábitos
licenciosos en preferencia a la de los virtuosos y puros, ello es indicio
seguro de que armonizan los gustos y las inclinaciones, de que se
ha llegado a un bajo nivel de moralidad. Estas almas engañadas
e infatuadas llaman a este nivel alta y santa afinidad del espíritu,
armonía espiritual. Pero el apóstol lo llama “malicias espirituales
en los aires” (
Efesios 6:12
), contra las cuales debemos guerrear
vigorosamente.
Cuando el engañador comienza su obra de seducción, encuentra
con frecuencia disparidad de gustos y hábitos; pero haciendo gran-
des alardes de piedad, conquista la confianza, y cuando lo ha hecho,
su astuto poder engañoso se ejerce a su manera para realizar sus
planes. Al asociarse con estos elementos peligrosos, las mujeres se
acostumbran a respirar esa atmósfera de impureza, y casi insensible-
mente se compenetran del mismo espíritu. Pierden su identidad y se
transforman en la sombra de su seductor.
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Hombres que profesan tener nueva luz, que aseveran ser refor-
madores, ejercerán gran influencia sobre cierta clase de personas que
reconocen las herejías de la época actual, y no están satisfechas con
la condición espiritual que existe en las iglesias. Con corazón veraz
y sincero, desean ver un cambio hacia lo mejor, elevarse a una norma
superior. Si los fieles siervos de Cristo les presentasen la verdad en
su forma pura y sin adulteración, estas personas la aceptarían y se
purificarían obedeciéndola. Pero Satanás, que vela siempre, sigue
el rastro de estas almas investigadoras. Se les presenta alguien que