Página 441 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

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El designio de Dios para nuestros sanatorios
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se consideraba a Dios como Monarca del universo, una institución
que estaba bajo su vigilancia especial. Sus directores debían dar a
Dios el primer lugar, el último y el mejor en todo. En esto debía
consistir su fuerza. Si se la dirigía de una manera que Dios pudiese
aprobar, tendría gran éxito, se destacaría por estar más adelantada
que todas las instituciones semejantes que hubiera en el mundo. Se
le concederían privilegios superiores, mucha luz y conocimiento. De
acuerdo con la luz recibida, sería la responsabilidad de aquellos a
quienes fuese confiada la dirección de la institución.
A medida que nuestra obra se ha extendido y se han multipli-
cado las instituciones, ha continuado siendo el mismo el propósito
que Dios tuvo al establecerlas. No han cambiado las condiciones
impuestas para que prosperasen.
La familia humana está sufriendo por causa de la transgresión
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de las leyes de Dios. El Señor desea que los hombres sean inducidos
a comprender la causa de sus padecimientos y la única manera de
hallar alivio. Desea hacerles ver que el bienestar físico, mental y
moral depende de la obediencia a su ley y se propone que nues-
tras instituciones sean lecciones objetivas de los resultados de la
obediencia a los buenos principios.
Han de promulgar los principios de la salud
En la preparación de un pueblo para la segunda venida del Señor,
se ha de realizar una gran obra por medio de la promulgación de los
principios favorables a la salud. Debe instruirse a la gente acerca
de las necesidades del organismo físico y el valor de la vida sana
según se enseña en las Escrituras, a fin de que los cuerpos que Dios
creó puedan serle presentados como sacrificios vivos, idóneos para
rendirle un servicio aceptable. Hay una gran obra que hacer en favor
de la humanidad doliente en cuanto a aliviar sus sufrimientos por el
empleo de los agentes naturales que Dios ha provisto, y en cuanto a
enseñarle a evitar las enfermedades por el control de los apetitos y
pasiones. Debe enseñarse a la gente que la transgresión de las leyes
de la naturaleza es transgresión de las leyes de Dios. Tanto en las
cosas físicas como en las espirituales, debe enseñársele la verdad de
que “el temor de Jehová es para vida.”
Proverbios 19:23
. “Si quieres
entrar en la vida—dijo Cristo,—guarda los mandamientos.”
Mateo