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Joyas de los Testimonios 2
puro, que alumbra los ojos.” “Por la palabra de tus labios—dice el
salmista,—yo me he guardado de las vías del destructor.”
Salmos
19:7, 8
;
17:4
.
Los ángeles están ayudando en esta obra de restaurar a los caídos,
y hacerlos volver a Aquel que dió su vida para redimirlos, y el
Espíritu Santo coopera con el ministerio de los agentes humanos
para despertar las facultades morales obrando sobre el corazón,
reprendiéndolo y convenciéndolo de pecado, de justicia y de juicio.
A medida que los hijos de Dios se dediquen a esta obra, muchos
se asirán de la mano extendida para salvarlos. Serán constreñidos a
apartarse de sus malos caminos. Algunos de los rescatados podrán,
por la fe en Cristo, elevarse a altos puestos de servicio, y llevar
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responsabilidades en la obra de salvar almas. Conocen por experien-
cia las necesidades de aquellos por quienes trabajan, y saben cómo
ayudarles; saben qué medios son los mejores para reconquistar a
los que perecen. Están llenos de gratitud a Dios por las bendiciones
recibidas; el amor vivifica su corazón y le comunica energía para
elevar a otros que no podrían levantarse sin ayuda. Aceptando la
Biblia como su guía y al Espíritu Santo como su ayudador y con-
solador, hallan una nueva carrera abierta delante de sí. Cada una
de esas almas que se añade a la fuerza de los obreros, provista de
facilidades e instrucción que le permitan salvar almas para Cristo,
colaborará con los que le trajeron la luz de la verdad. Así se honrará
a Dios y se hará progresar su verdad.
* * * * *
El mundo se convencerá no tanto por lo que el púlpito enseña
como por lo que la iglesia vive. El predicador anuncia la teoría del
Evangelio, pero la piedad práctica de la iglesia demuestra su poder.
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