Página 489 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

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La importancia del colportaje
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Son muchos los que a causa del prejuicio no conocerán la verdad
a menos que les sea llevada a sus casas. El colportor puede encontrar
estas almas y servirlas. Hay un ramo de trabajo de casa en casa que
puede realizar con más éxito que los demás. Puede familiarizarse
con la gente y comprender sus verdaderas necesidades; puede orar
con ella y señalarle al Cordero de Dios que quita el pecado del
mundo. Así se abrirá el camino para que el mensaje especial para
este tiempo halle acceso a los corazones.
El colportor gana almas
Una gran responsabilidad descansa sobre el colportor. El debe
ir a su trabajo preparado para explicar las Escrituras. Si pone su
confianza en el Señor mientras va de lugar en lugar, los ángeles de
Dios estarán en derredor de él para ayudarle a decir palabras que
infundan luz, esperanza y valor a muchas almas.
Recuerde el colportor que tiene la oportunidad de sembrar junto
a todas las aguas. Recuerde, mientras vende los libros que dan
el conocimiento de la verdad, que está haciendo la obra de Dios,
y que todo talento debe ser empleado para gloria de su nombre.
Dios estará con todo aquel que trata de conocer la verdad a fin de
poderla presentar a otros claramente. Dios ha hablado con sencillez
y claridad: “Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga:
Ven. Y el que tiene sed, venga.”
Apocalipsis 22:17
. Sin tardanza
debemos instruir a aquellos que lo necesitan, a fin de que sean
llevados al conocimiento de la verdad tal como es en Jesús.
Las ovejas perdidas del redil de Dios están esparcidas por todos
los lugares, y se está descuidando la obra que debe ser hecha en
su favor. Por la luz que me ha sido dada, sé que debiera haber cien
colportores donde hay uno actualmente. Debe estimularse a los
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colportores a emprender esta obra; no a vender libros de cuentos,
sino a presentar al mundo los libros que contienen la verdad esencial
para este tiempo.
Salgan los colportores con la Palabra del Señor, recordando que
los que obedecen los mandamientos y enseñan a otros a obedecerlos
serán recompensados al ver las almas convertirse; y un alma verda-
deramente convertida traerá otras a Cristo. Así entrará la obra en
nuevos territorios.