Página 501 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

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Reavivamiento del colportaj
SE ME recuerda constantemente la importancia del colportaje.
Ultimamente no se le ha infundido a esta obra la vida que le dieron
una vez los agentes que hicieron de ella su especialidad. Se sacó a
los colportores de su obra evangelizadora para que se dedicasen a
otros trabajos. Esto no es como debiera ser. Muchos de nuestros col-
portores, si estuviesen verdaderamente convertidos y consagrados,
podrían hacer más en este ramo que en cualquier otro en cuanto a
presentar a la gente la verdad para este tiempo.
La Palabra de Dios nos muestra que el fin se acerca. Hay que
amonestar al mundo, y como nunca antes debemos trabajar para
Cristo. Se nos ha confiado la obra de amonestación. Debemos ser
conductos de luz para el mundo e impartir a otros la luz que recibi-
mos del gran Portaluz. Serán probadas las palabras y las obras de
todos los hombres. No nos rezaguemos ahora. Lo que debe hacerse
para amonestar al mundo se ha de hacer sin dilación. No se deje lan-
guidecer la obra del colportaje. Preséntense a tantas personas como
se pueda los libros que contienen la luz sobre la verdad presente.
El adiestramiento de los colportores
Los presidentes de nuestras asociaciones y otras personas que
ocupan posiciones de responsabilidad, tienen un deber que cumplir
en este asunto, para que los diferentes ramos de nuestra obra reciban
igual atención. Se han de educar y adiestrar colportores para hacer
la obra indispensable de vender los libros sobre la verdad presente
que la gente necesita. Es necesario que se dediquen a esta obra
hombres de profunda experiencia cristiana, hombres de mente bien
equilibrada, fuerte
y bien educados. El Señor desea que emprendan
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el colportaje quienes sean capaces de educar a otros, que puedan
despertar en jóvenes promisorios de uno y otro sexo un interés en este
18—J.T., Tomo 2
Testimonios para la Iglesia 6:329-340 (1900)
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