Página 518 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

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Joyas de los Testimonios 2
de jóvenes convertirse a Dios y crecer como miembros útiles de la
iglesia.
No permitáis que toda vuestra fuerza y energía se dediquen a
cosas mundanales y temporales durante la semana, de manera que
no tengáis energía ni fuerza moral que dedicar al servicio de Cristo
en sábado. Hay una obra ferviente que hacer ahora mismo. No
disponemos de un solo momento para usarlo egoístamente. Que
todo lo que hagamos sea hecho con sinceridad para gloria de Dios.
No descansemos hasta que todo niño de nuestra clase sea llevado al
conocimiento salvador de Cristo.
Los maestros de la escuela sabática necesitan andar con cuidado
y oración delante de Dios. Deben trabajar como quienes han de dar
cuenta. Se les ha dado la oportunidad de ganar almas para Cristo,
y cuanto más tiempo permanezcan los jóvenes en la impenitencia,
tanto más confirmados se verán en su resistencia al Espíritu de
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Dios. Con el transcurso de los años es probable que disminuya su
sensibilidad a las cosas divinas y se reduzca su susceptibilidad a las
influencias de la religión. Cada día Satanás obra para confirmarlos
en sus hábitos de desobediencia y en su espíritu de impenitencia, y
hay menos probabilidad de que se hagan cristianos. Y ¿cuál será la
cuenta que habrán de dar finalmente los maestros indiferentes? ¿Por
qué domina la difidencia moral al alma del maestro y le hace poco
dispuesto a hacer los debidos esfuerzos para la conversión de las
preciosas almas de los jóvenes y niños? ¿Por qué no permitir que el
Espíritu Santo cree alrededor del alma una atmósfera que ahuyentará
las tinieblas morales y comunicará la luz celestial a otros?
Nuestros obreros de la escuela sabática necesitan ser especial-
mente dotados del Espíritu de Cristo. No pueden ser colaboradores
con Cristo, a menos que él more en su corazón por la fe. ... Los niños
necesitan que se haga en su favor un esfuerzo más decidido con
respecto a la cultura religiosa. Los obreros dirigentes y los maestros
deben trabajar por una armonía perfecta. Debe haber cooperación
de parte de los padres, niños y maestros. Trabaje cada uno en bus-
ca de sabiduría y tacto a fin de que pueda hacer el esfuerzo bien
dirigido que Dios requiere. Debemos cultivar el tacto y el discerni-