Página 524 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

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Joyas de los Testimonios 2
y el acto bondadoso hecho en favor de dos viajeros desconocidos
trajo ángeles a su hogar. Aquellos a quienes trataba de proteger,
le protegieron a él. Al anochecer los había conducido a su puerta
para proporcionarles un lugar seguro; al alba ellos condujeron a él
y a su familia a un lugar seguro fuera de las puertas de la ciudad
condenada.
Dios atribuyó suficiente importancia a estos actos de cortesía
para registrarlos en su Palabra; y más de mil años más tarde fueron
mencionados por un apóstol inspirado: “No olvidéis la hospitalidad,
porque por ésta algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.”
Hebreos
13:2
.
El privilegio concedido a Abrahán y Lot no nos es negado. Mani-
festando hospitalidad a los hijos de Dios, nosotros también podemos
recibir a sus ángeles en nuestras moradas. Aun en nuestro tiempo
los ángeles entran en forma humana en los hogares de las gentes,
y son agasajados por ellas. Y los cristianos que viven a la luz del
rostro de Dios están siempre acompañados por ángeles invisibles, y
estos seres santos dejan tras sí una bendición en nuestros hogares.
Los principios de la hospitalidad
“Amador de la hospitalidad” es una de las cualidades que, según
el Espíritu Santo, han de señalar al que debe llevar responsabilidad
en la iglesia. Y a toda la iglesia es dada la orden: “Hospedaos los
unos a los otros sin murmuraciones. Cada uno según el don que ha
recibido, adminístrelo a los otros, corno buenos dispensadores de
las diferentes gracias de Dios.”
1 Pedro 4:9, 10
.
Estas amonestaciones han sido extrañamente descuidadas. Aun
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entre los que profesan ser cristianos se ejercita poco la verdadera
hospitalidad. Entre nuestro propio pueblo la oportunidad de ma-
nifestar hospitalidad no es considerada como debiera serlo: como
un privilegio y una bendición. Es en absoluto demasiado escasa la
sociabilidad y disposición para hacer lugar para dos o tres más en la
mesa de la familia, sin molestia u ostentación. Algunos alegan que
“es demasiado trabajo.” No resultaría así si dijéramos: “No hemos
hecho preparativos especiales, pero le ofrecemos gustosos lo que
tenemos.” El huésped inesperado aprecia una bienvenida tal mucho
más que una preparación elaborada.