Página 95 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

Basic HTML Version

El crecimiento cristiano
91
El perfeccionamiento es ilimitado
Algunos no están dispuestos a hacer obra abnegada. Manifiestan
verdadera impaciencia cuando se les insta a llevar alguna responsa-
bilidad.
“¿Qué necesidad hay—dicen,—de un aumento de conocimiento
y experiencia?” Esto lo explica todo. Se sienten ricos y enriquecidos,
sin necesidad de ninguna cosa, mientras que el Cielo los declara
pobres, miserables, cuitados y desnudos. El Testigo fiel les dice: “Yo
te amonesto que de mí compres oro afinado en fuego, para que seas
hecho rico, y seas vestido de vestiduras blancas, para que no se des-
cubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para
que veas.”
Apocalipsis 3:18
. Vuestra misma complacencia propia
demuestra que lo necesitáis todo. Estáis espiritualmente enfermos, y
necesitáis a Jesús como vuestro médico.
En las Escrituras hay miles de gemas de la verdad que yacen
escondidas para el que busca en la superficie. La mina de la verdad no
se agota nunca. Cuanto más escudriñéis las Escrituras con corazón
humilde, tanto mayor será vuestro interés, y tanto más os sentiréis
con deseo de exclamar con Pablo: “¡Oh profundidad de las riquezas
de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán incomprensibles son
sus juicios, e inescrutables sus caminos!”
Romanos 11:33
.
Cada día debéis aprender algo nuevo de las Escrituras. Escu-
driñadlas como si buscarais tesoros ocultos, porque contienen las
palabras de vida eterna. Orad por sabiduría y entendimiento para
[99]
comprender estos escritos sagrados. Si lo hacéis, hallaréis nuevas
glorias en la Palabra de Dios; sentiréis que habréis recibido luz
nueva y preciosa sobre asuntos relacionados con la verdad, y las
Escrituras recibirán constantemente nuevo valor en vuestra estima.
“Cercano está el día grande de Jehová, cercano y muy presuroso.”
Sofonías 1:14
. Jesús dice: “He aquí, yo vengo presto.”
Apocalipsis
22:12
. Debemos tener siempre presentes estas palabras, y obrar co-
mo quienes creen de veras que la venida del Señor se acerca, y que
somos peregrinos y advenedizos en la tierra. Las energías vitales
de la iglesia de Dios deben ser puestas en activo ejercicio para el
gran objeto de la renovación propia; cada miembro debe ser agente
activo de Dios. “Por él los unos y los otros tenemos entrada por un
mismo Espíritu al Padre. Así que ya no sois extranjeros ni advene-