La culpa
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embargo, esperanza en Cristo para ti. Dios no nos exige que venza-
mos con nuestras propias fuerzas. Nos invita a que nos pongamos
muy junto a él. Cualesquiera sean las dificultades que nos abrumen
y que opriman alma y cuerpo, Dios aguarda para liberarnos.—
El
Ministerio de Curación, 192 (1905)
.
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