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La preocupación y la ansiedad
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costumbres. Así su carácter queda mancillado y su vida convertida
en carga agobiadora. A fin de satisfacer la ambición y los deseos
mundanales, hieren la conciencia y traen sobre sí una carga adicional
de remordimiento. La congoja continua desgasta las fuerzas vitales.
Nuestro Señor desea que pongan a un lado ese yugo de servi-
dumbre. Los invita a aceptar su yugo, y dice: “Mi yugo es fácil y
ligera mi carga”.
Mateo 11:30
. Los invita a buscar primeramente el
reino de Dios y su justicia, y les promete que todas las cosas que les
sean necesarias para esta vida les serán añadidas.
La congoja es ciega y no puede discernir lo futuro; pero Jesús
ve el fin desde el principio. En toda dificultad, tiene un camino
preparado para traer alivio.—
El Deseado de Todas las Gentes, 297
(1898)
.
[118]
La fe puede ser invencible
No se aflijan. Mirando las apariencias, quejándose cuando se
presentan dificultades dan pruebas de una fe débil y enfermiza.
Por sus palabras y acciones, demuestren, al contrario, que su fe es
invencible. El Señor posee recursos innumerables. El mundo entero
le pertenece. Miren a Aquel que posee luz, poder y capacidad. Él
bendecirá a todos aquellos que traten de comunicar luz y amor.—
Joyas de los Testimonios 3:192 (1902)
.
Las plantas no crecen como resultado de la preocupación o el
esfuerzo consciente
En vez de afligirse con la idea de que no están creciendo en
gracia, cumplan toda obligación que se les presente, lleven el peso
de las almas en su corazón, y traten de salvar a los perdidos por todos
los medios imaginables. Sean bondadosos, corteses y compasivos;
hablen con humildad de la bendita esperanza; hablen del amor de
Jesús; den a conocer su bondad, su misericordia y justicia; dejen de
preocuparse y piensen si están creciendo o no. Las plantas no crecen
nutridas por algún esfuerzo consciente [...]. La planta no se angustia
constantemente acerca de su crecimiento. No hace más que crecer
bajo la vigilancia divina.—
MeM 106 (1898)
.