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Mente, Carácter y Personalidad 2
irrazonables y no es fácil persuadirlos o convencerlos. No están
sanos; momentáneamente Satanás los domina por completo. Cada
una de estas manifestaciones de ira debilita el sistema nervioso y las
facultades morales y hace más difícil el dominio de la pasión frente
a otra provocación.—
Hijos e Hijas de Dios, 144 (1886)
.
Intoxicado con la ira
¡Cómo se regocija Satanás cuando se le permite hacer que el
alma se ponga al rojo blanco de enojo! Una mirada, un gesto, una
entonación de la voz, pueden tomarse y utilizarse como una flecha
de Satanás, para herir y envenenar el corazón que está abierto para
recibirla.
[165]
La persona que le da lugar al espíritu de enojo queda tan intoxi-
cada como aquel que ha llevado el vaso a sus labios.
Cristo considera el enojo como el asesinato [...]. Las palabras
apasionadas tienen sabor de muerte para muerte. El que las pronuncia
no está cooperando con Dios para salvar a sus semejantes. En el
cielo esta conducta perversa se coloca en la misma lista con el
lenguaje soez. Mientras el odio permanezca en el alma no habrá ni
una partícula del amor de Dios en ella.—
Nuestra Elavada Vocacion,
237 (1901)
.
El malhumorado rara vez está contento
Nadie puede reducir tanto nuestra influencia como nosotros mis-
mos cuando cedemos ante nuestro mal humor. El que es malhumora-
do por naturaleza, no sabe lo que es la verdadera felicidad, y rara vez
está contento. Siempre espera llegar a una situación más favorable o
cambiar su entorno para tener paz y reposo mental. Parece que su
vida estuviera bajo el peso de cruces gravosas y muchas dificultades;
en cambio, si hubiera dominado su mal humor y le hubiese puesto
freno a su lengua, se podría haber evitado muchas incomodidades.
Es la “blanda respuesta” la que “quita la ira”.
Proverbios 15:1
. La
venganza jamás ha vencido a un enemigo. Un temperamento bien
controlado ejerce una buena influencia sobre todo lo que lo rodea;
pero “como ciudad destruida y sin murallas es el hombre que no