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La fe
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Ejercicio diario de la fe
Yo encuentro que cada día debo pelear la buena batalla de la fe.
Debo ejercer toda mi fe, y no confiar en los sentimientos; debo obrar
como si supiera que el Señor me oye y contestará mis pedidos y me
bendecirá. La fe no es un vuelo feliz de los sentimientos; es simple-
mente confiar en la Palabra de Dios, creyendo que él cumplirá sus
promesas porque ha dicho que lo haría.—
Nuestra Elavada Vocacion,
121 (1888)
.
La fe obra
Cuando miran el Calvario, no es para tranquilizar su alma en el
incumplimiento del deber, no es para disponerse a dormir, sino para
crear fe en Jesús, fe que obrará purificando el alma del cieno del
egoísmo. Cuando nos aferramos a Cristo por la fe, nuestra obra no
ha hecho más que comenzar. Todo hombre tiene hábitos corruptos y
pecaminosos que deben ser vencidos mediante una lucha intensa. A
toda alma se le pide que libre la lucha de la fe. Si uno es seguidor de
Cristo, no puede ser áspero en su trato, no puede ser duro de corazón,
desprovisto de compasión; no puede ser vulgar en su lenguaje, no
puede estar lleno de pomposidad y estima propia; no puede ser
despótico, ni puede usar palabras ásperas, censurar y condenar.—
Comentario Bíblico Adventista 6:1111 (1890)
.
Le da forma a la vida
La vida es modelada por la fe. Si teniendo la luz y la verdad a
nuestro alcance, no procuramos conocerla, de hecho la rechazamos
y preferimos las tinieblas a la luz.—
Seguridad y Paz en el Conflicto
de los Siglos, 655 (1888)
.
La fe promete éxito
Tendremos éxito si avanzamos por fe, decididos a hacer con
inteligencia la obra de Dios. No debemos permitir que nos estorben
algunas personas a quienes les gusta ver siempre el lado negativo de
todo, con muy poca fe. La obra misionera de Dios debe estar a cargo