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La comunicación
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Cristo ilustraba sus lecciones tan claramente que los más ignorantes
podían comprenderlas fácilmente. Jesús no empleaba palabras largas
y difíciles en sus discursos; usaba un lenguaje sencillo, adaptado a
las mentes de la gente común. En el tema que explicaba no iba más
lejos que hasta donde podían seguirlo.—
Obreros Evangélicos, 178,
179 (1915)
.
Temas serios en contra de la insensatez sentimentalista
¿Hay algo más digno que presentar ante la mente el plan de la
redención? Este es un tema inagotable. El amor de Jesús, la salvación
ofrecida por este amor infinito al hombre caído, la santidad del
corazón, la verdad preciosa y salvadora para estos postreros días, la
gracia de Cristo: estos son temas que pueden animar el alma, y hacer
sentir a los puros de corazón aquel gozo que los discípulos sintieron
cuando Jesús vino y anduvo con ellos mientras viajaban a Emaús.
El que ha concentrado sus afectos en Cristo apreciará esta clase
de asociación santificada, y recibirá fuerza divina por un trato tal;
pero el que no tiene aprecio por esta clase de conversación prefiere
hablar de insensateces sentimentales, se ha alejado de Dios, y va
muriendo para las aspiraciones altas y nobles. Los tales interpretan lo
sensual y terrenal como si fuese celestial.—
Joyas de los Testimonios
2:242 (1889)
.
En procura de la solidaridad humana
Cuando la conversación es de carácter frívolo y es una desa-
sosegada búsqueda de solidaridad y aprecio humano, brota de un
sentimentalismo amoroso enfermizo, y ni los jóvenes ni los hombres
de canas están seguros. Cuando la verdad de Dios sea un principio
permanente en el corazón, se asemejará a una fuente viva. Pueden
hacerse tentativas para reprimirla, pero brotará en otro lugar. Si está
en el corazón no puede ser reprimida. Cuando la verdad está en el
corazón es un manantial de vida. Refresca a los cansados, y refrena
los pensamientos y las palabras viles.—
Joyas de los Testimonios
2:242 (1889)
.